Fin. Das Ende. Berlín se acaba en mitte, se cierra la puerta hasta nuevo aviso. Para culminar este soliloquio de emociones e impresiones he querido mostrar una secuencia de fotos que nunca antes le había enseñado a nadie. Días antes de marcharnos de la ciudad, un frío martes o un frío miércoles de otoño, cogimos el coche y condujimos hacia los bosques de Brandemburgo. Nos habían dicho que a unos cincuenta kilómetros de la ciudad seguía en pie un antiguo hospital de la RDA, oculto entre los árboles. Fue difícil encontrarlo, pero dimos con él. Era un conjunto de edificios, ocho, diez, doce, no sé, todos abandonados. Parecía que los enfermos se habían ido de allí corriendo nada más caer el muro, súbitamente sanos. Cruzabas el umbral, acojonado, y el sonido de tus pisadas te tomaba la delantera, se te escapaba y corría por pasillos desiertos, subía escaleras, entraba en duchas, en cocinas, en salones quemados, rebotaba en el techo y luego bajaba rápido, los peldaños de tres en tres, para erizarte los pelos del cogote, bu, qué miedo. Dedicamos una hora y pico a recorrer el sitio con un trípode, haciendo fotos de obturaciones eternas. Click... clack. Click... clack. Nunca he sentido la luz como aquella tarde, entrando morosa por las ventanas, sin estruendo. Con el anochecer nos trepó por los zapatos un frío de veinte inviernos y salimos impresionados. No volví a hacer más fotos en Berlín, ésas fueron las últimas. Para verlas sólo hay que pulsar F11 y, a continuación, pinchar en la puerta adjunta, la que acompaña este texto. Ha sido un placer compartir Berlín con los improbables lectores de mitte. Gracias a los que han seguido hasta aquí. Mañana Dios dirá. Auf wiedersehen, pues.
21 marzo, 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
5 comentarios:
¡Hasta siempre Berlín!
una serie guapa guapa
Como fiel lector de Mitte y entusiasta de la captura de espacios, sólo me cabe darte la enhorabuena por la serie. Me gustó que arriesgaras y que no publicaras lo que consideró que es tu fuerte: los retratos de personajes.
De esta serie, destacaría la simetría y el misterio de cada una de las fotografías que la conforman.
Usted actualizando y mi reader sin funcionar. El mundo al revés. El vello de punta me ha dejado con esta serie.
Chapó.
Se ha vuelto a colar en mi hogar.
Debo reconocer que no he seguido la serie como debería de haberlo hecho, sobretodo al descubrir esta última imagen. Ah... la melancolía me anula el resto de mis emociones.
Publicar un comentario