27 agosto, 2008

Buenos Aires. Río de la Plata.

En la tabla periódica de los elementos, la plata se representa con las letras ag porque es la abreviatura del latín argentum. Cuando los franceses quieren referirse al dinero utilizan una palabra de la misma familia, argent, que también sirve para nombrar al mineral. Algunos poetas, incluso, usan el adjetivo "argentino" para referirse a las cosas pulidas y brillantes, como un lago a la luz de la luna o el cañón de una pistola. Todo es lógico. Lo que no es lógico es que el Río de la Plata no sea ni un río ni de color plateado. En realidad es un estuario formado por dos ríos, el Paraná y el Uruguay, cuando desembocan en el océano. Y es marrón.
(Para ver ésta y otras fotos argentinas, recomiendo una visita a mi fotolog)

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25 agosto, 2008

Buenos Aires. Estación de Retiro.

Las estaciones de tren siempre son lugares estupendos para hacer una foto. Tienes humo, tienes corazones rotos, tienes gente rara y tienes vidas enteras apretaditas dentro de una maleta. ¿Necesitas algo más? En Buenos Aires, la estación más importante es la de Retiro. Y por tanto, también la más fotogénica. De sus andenes me traje esta divertida escena perruna. Ya conté en otro post lo mimados que andan los perros en aquella ciudad, así que nadie debería escandalizarse ahora por ver el trato deferente que recibe este chuchillo. A mí la imagen me gusta por dos cosas: porque tiene sentido del humor y porque está dividida en dos mitades, una humana y la otra perruna. Ah, y otra cosa: para ver más fotos de Buenos Aires en una calidad mucho mejor, recomiendo que se visite mi fotolog.

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15 agosto, 2008

Buenos Aires. Cementerio de Recoleta.

El Cementerio de Recoleta, tan turístico como aristocrático, es lo que se ve cuando te asomas por la ventana de un rico. La ciudad pudiente ha crecido tan cerca de las tumbas que a veces no está claro dónde acaba el mundo de los muertos. Como una película mala de zombies, pero con Evita de protagonista. La gran ironía es que los apartamentos que se asoman a este plató funerario están, probablemente, entre los más caros de Buenos Aires. Pagas una fortuna por dar los buenos días a los muertos. O mejor dicho: pagas una fortuna por dar los buenos días a tus muertos, porque son los propios vecinos los que se hacen enterrar aquí. El caso es estar apretaditos antes y después de la guadaña, como en la foto. Lo que más me gusta de esta imagen es esa sensación de abigarramiento inexorable. (Eso sí: para verla bien, lo mejor es visitar mi fotolog).

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13 agosto, 2008

Buenos Aires. Colonia.

Colonia es, para que nos entendamos, una especie de siesta de Buenos Aires. Cruzas el río en un periquete, haces la cola de la aduana para que te pongan en tu pasaporte el sello de Uruguay y ya está: olvidados quedan los atascos y las distancias inhumanas de la gran metrópoli porteña. La pequeña población de Colonia respira aires somnolientos de pescado y de puertos herrumbrosos, quizás demasiado turísticos pero imprescindibles para comprender el enorme abismo que supone el Río de la Plata. Este río no tiene orillas, tiene horizontes. En un horizonte, rascacielos; en el otro, niños que se pasan las horas muertas jugando con sus perros en la playa. La foto me gusta porque resulta deliciosamente veraniega. Cualquiera diría que allí, al fondo, hay una ciudad, un país, otro mundo. (Si a alguien le apetece seguir mirando, todas las fotos de Buenos Aires están colgadas a una calidad mucho mayor en mi fotolog).

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11 agosto, 2008

Buenos Aires. Vigilantes.

Una de las costumbres que más me llamaron la atención en Buenos Aires fue la de reservar grandes espacios del centro para aparcamiento. Entre los rascacielos de las avenidas más concurridas se dejan solares vacíos, protegidos del sol por cuatro toldos mal puestos, donde una plaza debe de costar lo que un ojo de la cara. Los vigilantes de estos aparcamientos son auténticos malabaristas del centímetro cúbico, capaces de apretar cientos de autos y moverlos sólo lo imprescindible para sacar los que les vayan reclamando. En el tiempo que pasé en la ciudad hice muchas fotos de estos parkings vacíos, pero mi favorita es ésta. El señor de la garita, el de la barba, tenía cara de ser el más duro del barrio. Pero en cuanto le pedí que posara para mí se le dibujó una sonrisa de Chrysler antiguo, pegó un grito a su colega y los dos se fundieron en un tierno abrazo delante del solar vacío. Creo que el resultado es una imagen entrañable y muy ilustrativa del buen rollo de la ciudad. Eso sí: para verla mejor recomiendo que se visite mi fotolog.

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08 agosto, 2008

Buenos Aires. Bajista.

En las ciudades normales los músicos callejeros aporrean guitarras destartaladas en las esquinas del metro. En Buenos Aires, sin embargo, los músicos callejeros tocan el contrabajo en una orquesta tanguera de seis o siete integrantes, donde alguno puede que hasta toque el piano. Por supuesto, es mucho más interesante ver a esta gente cuando todavía no se han colocado el disfraz de animadores turísticos, cuando no están rodeados de cámaras de fotos y japoneses boquiabiertos. A este chico me lo encontré en un portal de la calle Defensa, una de las más turísiticas, un rato antes de que en los hoteles hubiesen empezado a servir los desayunos. Esperaba a sus compañeros de orquesta. Me gusta que tenga un tatuaje en el cuello y que lleve un iPod. Y me llama la atención que la puerta sobre la que se apoya esté cerrada con un candado. Para ver estos detalles mucho mejor, lo ideal es dar una vuelta por mi fotolog: allí están colgadas todas las fotos de Buenos Aires a una calidad estupenda.

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06 agosto, 2008

Buenos Aires. Avenida Corrientes.

Lo que menos se espera un europeo de Buenos Aires es que se parezca a Nueva York. Pero las grandes avenidas, los embotellamientos de taxis, los burguerquines y los hoteles que se llaman Liberty (en inglés), te caen encima nada más pisar el centro. Como la (gran) manzana de Newton. A mí esta sorpresa me pareció encantadora porque soy un urbanita que se entusiasma con los semáforos abarrotados, y a mi cámara le sentó fenomenal. Para captar los (buenos) aires de Manhattan podría haber hecho una foto de cualquier rascacielos, pero al final opté por imitar a uno de los pintores más neoyorquinos que hay: Richard Estes. El resultado es una de mis fotos favoritas de Argentina. Las demás (y ésta también) se pueden ver mucho mejor en mi fotolog.

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04 agosto, 2008

Buenos Aires. Cartel de parrilla.

Hay fotografías con las que te encaprichas sin justificación posible. A mi me ocurre con ésta. ¿Qué tiene? Poca cosa: dos señores y un cartel que anuncia parrilla. Y en medio un gran espacio vacío. Tal y como yo la veo, funciona igual como elogio de la nada que como elogio de la carne. Lo cual, si nos ponemos trascendentes, viene a ser más o menos lo mismo. Una fotografía metafísica, ni más ni menos. Cuando yo estuve en Argentina había días en que no hacía nada más que comer carne, por la mañana y por la noche. Y supongo que ésta es mi manera de contarlo con una foto. (Que, a su vez, también está colgada en mi fotolog).

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01 agosto, 2008

Buenos Aires. Pollero.

En Alemania, en los años veinte, hubo un fotógrafo que se llamaba August Sander y que se dedicaba a retratar personajes típicos. Un carnicero, un intelectual, un mecánico de la construcción: todos posando serios y dignísimos con sus uniformes, sin nombre pero con un rol perfectamente definido en la sociedad. Cuando ves el conjunto de su fotos, estás viendo cómo era Alemania durante la república de Weimar. A mí Sander siempre me ha impresionado mucho, y de él he tomado el gusto por los retratos de personajes hieráticos. Como, por ejemplo, este pollero de Buenos Aires. Para ver algunas fotos de August Sander se puede pinchar aquí, y para ver las mías a una calidad mucho mejor, se puede visitar mi fotolog.
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