26 mayo, 2008

Payasos (V). Marsias.

En la mitología clásica Marsias era el típico payasete que siempre iba por ahí dando la brasa con sus gracias. Pero, cosas de la vida, en lugar de pasar a la historia por su mejor chiste lo ha hecho por su último chiste. Resulta que Marsias se encontró una flauta. La cogió, la tocó, le gustó cómo sonaba y (en ese momento exacto) se le ocurrió una gracia: le tomaría el pelo a Apolo con ella. Apolo, por si alguien no lo sabe, era un guapín engreído; un sosainas que se pasaba el día tocando la lira con cara de lángido."Oye, Apolo, mira qué flauta tan maja tengo", le dijo Marsias. "¿Qué te apuestas a que soy capaz de hacer sonar una melodía mejor que las tuyas?". Apolo, soberbio como nadie, le contestó: "me apuesto hacer contigo lo que me dé la gana". Y el pobre Marsias, ingenuo, no supo frenar el chiste: aceptó, perdió y fue castigado a ser despellejado vivo. Los especialistas en mitos ven en esta historia una metáfora más sobre el eterno y sugerente conflicto entre el orden y el caos, pero yo no la he colgado aquí por eso. Prefiero pensar que es la historia trágica de un payaso incapaz de contener su sentido del humor. A veces, cuando te pasas de gracioso, te pueden arrancar la piel.

(Por cierto, el cuadro es de Luca Giordano. La versión de Ribera es mucho más famosa, pero le tengo mucha manía).

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21 mayo, 2008

Payasos (y VI). Joker.

Hace un millón de años, cuando descubrí que me gustaba el cine más que ninguna otra cosa, empecé a confeccionar un archivo de secuencias favoritas. Cogía mi VHS nuevo, lo conectaba al VHS viejo (muy viejo) y hacía una copia del momento exacto que quería conservar. Por desgracia, aquella maravillosa colección sólo tuvo una pieza: la secuencia de Joker destrozando un museo que Tim Burton había filmado, con música de Prince, para su primer (y único reseñable) Batman. En ella, el payaso más famoso del mundo historietil se coloca el disfraz de iconoclasta para arremeter contra el arte de los últimos cinco siglos, desde Rembrandt hasta Hopper. ¿Y por qué uso yo este vídeo ahora? Muy sencillo. En mi opinión, la gran conquista artística del siglo XX no ha sido ni la abstracción, ni el cubismo, ni la paja mental: ha sido el sentido del humor. O más concretamente, la capacidad del arte de reírse de sí mismo. Desde que Duchamp le pintó los bigotes a la Mona Lisa hasta que los hermanos Champman dibujaron monigotes en los grabados de Goya, el cachondeo me parece una saludable manera de reinventar lo artístico. Soy consciente de que mitte no destaca precisamente por los chistes; pero, por lo que a mí respecta, el reto de este blog es sacar punta siempre a la parte menos sesuda del arte. Con lo cual, supongo que el verdadero sentido de esta serie es demostrar que yo, el primero, también soy un payaso.

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14 mayo, 2008

Bajo el mar.

Me gustan los cementerios. Sé que es algo que ya he contado aquí, aquí y aquí, pero no me importa repetirme porque, en realidad, lo que voy a contar ahora es algo completamente distinto. El otro día descubrí que en Florida, probablemente el estado más friki de USA, algún avispado ha creado un cementerio submarino. ¿Por qué tirar tus cenizas al mar, si puedes sumergirlas en una tumba como Dios manda? Lo que más me gusta de esta iniciativa es que recupera la vieja estética gótica, la de los grandes mausoleos y las esculturas funerarias. Es un poco kitch, lo reconozco, pero mola mucho más que los aburridos e impersonales nichos de hoy. También me parece equitativo y razonable que para visitar a los muertos haya que poner en riesgo la propia vida. Tal y como yo los veo, los cementerios tienen que estar siempre a mitad de camino entre un mundo y otro, como el purgatorio o como el limbo. No sé, quizás aprenda a bucear para ver quién se ha sumergido aquí. Pero si a alguien no le apetece mojarse, puede darse un paseo (submarino) por la web.

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