En Alemania, en los años veinte, hubo un fotógrafo que se llamaba August Sander y que se dedicaba a retratar personajes típicos. Un carnicero, un intelectual, un mecánico de la construcción: todos posando serios y dignísimos con sus uniformes, sin nombre pero con un rol perfectamente definido en la sociedad. Cuando ves el conjunto de su fotos, estás viendo cómo era Alemania durante la república de Weimar. A mí Sander siempre me ha impresionado mucho, y de él he tomado el gusto por los retratos de personajes hieráticos. Como, por ejemplo, este pollero de Buenos Aires. Para ver algunas fotos de August Sander se puede pinchar aquí, y para ver las mías a una calidad mucho mejor, se puede visitar mi fotolog.
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01 agosto, 2008
Buenos Aires. Pollero.
Publicado por Rfa. a las 7:30
Etiquetas: Buenos Aires, fotografía
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4 comentarios:
Y a mí me impresionan tus fotos, Rfa. (Has pensado en sacar un catálogo? Yo quiero uno!) Siempre pienso que si estuvieras aquí, le sacarías mucho partido a esta ciudad, porque mira que tiene personajes curiosos. (La pena es que a mí me falte tu talento, así que vas a tener que venir...)
Es curioso este pollero con los ganchos vacíos de pollos; la verdad es que da un poquito de escalofrío, pero también es un billete para viajar en el tiempo, a la infacia, cuando era más normal hacer la compra en el mercado.
Impresionante August Sander. Qué mala leche tenía. Situar por ejemplo al hombre del carrito frente a unas escaleras.
Es fácil hablar a toro pasado, pero si esa era la sociedad, desde los nazis y militares del principio a la pobreza del pueblo, con la locura metiéndose por todos los lados (el púgil sonriente), lo que vino después estaba cantado.
Tu estilo es totalmente distinto: amplías el plano para meter el contexto. Pero el pollero y la pollería de ese mercado producen la misma inquietud. O la niña balthusiana de la izquierda del embarcadero.
Ese mercado no me recuerda el de la infancia, Chicoutimi. Más bien me asusta: hace pensar en hambre y sufrimiento.
Y la digna postura del pollero, ¡eso sí recuerda a muchos de los retratados de Sander!
¡Qué lástima, me repito, que tus fotos no se puedan ampliar! Va a tener razón Chicoutimi y algo habrá que hacer.
Por supuesto, NáN, esta imagen de pollero sin pollos hace pensar inmediatamente en escasez y hambre, de ahí el primer escalofrío al que hacía referencia. La segunda asociación era menos inmediata y llevaba un importante componente de adorno por mi parte.
Y me alegro de que estés de acuerdo en que tenemos que conseguir que nuestro fotógrafo haga otra exposición o lo que se le ocurra, para que podamos disfrutar mejor de estas pequeñas joyitas. Aunque confieso que yo tengo un pequeño tesoro en mi poder...jijiji...
como debe ser. (yo también tengo).
Cruzándome de blog, Rfa. te puede decir qué restaurante es ese. De todas maneras, si pasas por Madrid y vas a ir y no me avisas (yo no trabajo allí), será casus belli.
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