Desde que me enganché a los blogs he escrito ya dos posts sobre García-Alix. Y éste es el tercero. ¿Por qué? Básicamente porque en los últimos años ha recibido el suficiente apoyo institucional y mediático como para que sea inevitable opinar sobre su obra. Primero fue una exposición pagada por la Comunidad de Madrid, luego la antológica del Reina Sofía y ahora el protagonismo absoluto en el stand de EL PAÍS en ARCO, que es otra forma de consagración. Alis y yo discutimos a menudo sobre la oportunidad y justicia de tanto reconocimiento. ¿Sigue Alberto García-Alix siendo uno de los mejores fotógrafos españoles o simplemente vive de las cicatrices que le dejó haber sido testigo de los ochenta? Si sus imagenes han perdido impacto... ¿es porque su mirada se ha edulcorado, o es sólo porque ya no retrata a yonkis chutándose ni a actores porno dando volteretas? Un poco de las dos cosas. A mí las fotos movidas y la complicidad azarosa de la oscuridad siempre me parecen menos valientes que una cámara apuntándote directamente al entrecejo. Pero, aun así, creo que hace falta mucho coraje para renegar de ese sensacionalismo urbano con el que te has hecho un nombre y apostar por la sencillez anodina de una cara, aunque esta cara sea exótica y hermosa. En el fondo es una apuesta por la sutileza frente a lo obvio, y eso es signo de madurez.
Para ver las fotos que EL PAÍS va a exponer en su stand hay que pinchar en "leer más".
16 febrero, 2010
Con un seis y un cuatro (XII). García-Alix en ARCO.
Publicado por Rfa. a las 7:00
Etiquetas: Con un seis y un cuatro, fotografía
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario