25 febrero, 2010

Con un seis y un cuatro (XVII). Thingsthatlooklikefaces.

La primera vez que miras esta foto sólo ves dos cacerolas en una cocina vieja. Pero luego miras un poco mejor y aquello se convierte en Bélmez, aparecen dos caras la mar de monas, casi parece que se han pintado las pestañas, y es inevitable que digas hala, qué fuerte. Ocurre con casi todas las fotos de thingsthatlooklikefaces, una página sobre "objetos que te devuelven la mirada". Yo la descubrí hace años y nunca había regresado hasta que la he buscado para este post, pero siempre me acuerdo de ella en los momentos más inesperados, cuando se me aparecen rostros en el suelo del baño o en la ropa arrugada. Sí, yo veo caras donde no las hay, las cosas me sonríen o me gruñen, o me bendicen, que Dios nos mira desde todas partes. Mi cara favorita está en la carretera que va de Carrión de los Condes a Saldaña, en Palencia. Algún día pararé el coche, haré una foto y me daré el gustazo de mandarla a thingsthatlooklikefaces. Será mi manera de agradecerles que me hayan infectado el ojo con la manía de ver caras por todos sitios, sin que hagan falta ni un seis ni un cuatro, ni siquiera una nariz. Detrás de una costumbre tan tonta hay una lección de fotografía que me parece fundamental: la importancia de educar la mirada, de saber mirar, de detectar lo que está pero no se ve. Hoy es una cara, pero mañana puede ser otra cosa, es cuestión de estar atento y hacer la foto cuando toca. Para ver otra foto hay que pinchar en "leer más".

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