Los recién llegados a Berlín se hacen siempre la misma pregunta: ¿en qué lado estoy? ¿Estoy en el Este o en el Oeste? La respuesta está chupada. Si hay un tranvía cerca estás en el Este, porque en el Oeste no existen. Los tranvías de Berlín son trenes de cristales oscuros, muy oscuros, y la leyenda dice que nunca hay revisores para controlar los billetes. Cuando llegan a la parada suena una campana que a mí siempre me recuerda a una canción de los Hidden Cameras, pero Alis dice que son sólo imaginaciones mías. Una vez, a mi amigo JA se le quedó enganchada la rueda de la bicicleta en el raíl del tranvía cuando el tren estaba a punto de llegar. JA levantó la mirada para calcular cuánto tiempo le quedaba de reacción, y lo que vio fue a la conductora del tranvía, amonestándole con el dedo como si fuese un niño pequeño, mientras se le acercaba a un kilómetro por hora. Me habría gustado colgar una foto de esa señora, pero tengo que conformarme con la su compañero.
Para escuchar la canción de Hidden Cameras hay que pinchar en "leer más". Como no hay vídeo original he colgado uno que he encontrado por ahí. Las notas del principio son las mismas que suenan en el tranvía, por mucho que Alis diga que no.
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23 noviembre, 2009
Ich bin ein Berliner. Conductor de tranvía.
Publicado por Rfa. a las 10:15
Etiquetas: fotografía, Ich bin ein Berliner
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1 comentario:
No, no y no! Son tres notas parecidas, sí, pero mucho más agudas.
Y la voz, ¡ay!, la voz de la megafonía que anuncia las calles en los tranvías, tan femenina, tan suave, tan melodiosa... Era capaz de pasarme de parada sólo para oírla invitarme a bajar: "Final de trayecto. Por favor, salgan todos."
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