12 noviembre, 2009

Ich bin ein Berliner. Cantante de karoke.

¿Cuántas personas hay en esta foto? ¿Cien? ¿Doscientas? ¿Cuatrocientas? Sí, supongo que algo así. Lo que no tengo tan claro es por qué están ahí. El lugar es un karaoke al aire libre de Berlín, justo al lado del muro. Cada domingo llega un tipo con un ordenador, una sombrilla, un micro y un par de altavoces, y se coloca delante de un incómodo anfiteatro. La leyenda dice que es irlandés, que un día se hartó de su curro de mensajero y que decidió poner a los berlineses a cantar. Era febrero de 2009. Poco a poco empezó a correr el rumor de que allí se estaba cociendo algo, y con el buen tiempo llegaron las multitudes, los vendedores de cerveza, los turistas. Ahora se dice que el karaoke de Mauerpark ("el parque del muro") es el mejor del mundo. Pero... ¿por qué? Yo he estado unas cuantas veces y puedo decir que hay momentos en que se produce una magia especial, algo que no tiene nada que ver con cantar bien, ser guapo o que la canción que suena haya sido número uno en los cuarenta. Esa magia se contagia entre las cuatrocientas, doscientas o cien personas que han venido, y todo el mundo tiene la sensación de estar en el lugar apropiado, en el momento apropiado.
Para ver lo que ocurrió cuando murió Michael Jackson hay que pinchar en "leer más".




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