18 noviembre, 2009

Ich bin ein Berliner. Traje tradicional.

El otro día leí un artículo bastante curioso donde se explicaba que todo lo que llevamos puesto, desde la chaqueta hasta la corbata, se lo hemos copiado a los militares. Por muy jipis que seamos, algo de lo que vestimos se lo inventó un señor antes de salir por ahí a pegar tiros. El cárdigan, por ejemplo, toma su nombre de un aristócrata que peleó contra los rusos en la guerra de Crimea; y la corbata de unos mercenarios croatas, fíjate tú qué cosas. Dado que esta serie es sobre arquetipos y uniformes, a mí me habría encantado colar en esta serie a algún militar alemán. Pero en Berlín los soldados son raros, raros, y los pocos polis que te cruzas llevan tantas metralletas que ni se te ocurre preguntar qué tal. Habrá que conformarse entonces con este hamburgués cargado de medallas, fotografiado en una especie de desfile tradicional donde abundaban los sombreros tiroleses, las plumas y el ante verde. La foto es de las pocas que no está hecha en Berlín.
Artículos relacionados:

1 comentario:

Alis dijo...

Como siempre al observar a las personas que se disfrazan de folklóricas, lo que más impresionaba de estos pseudo-tiroleses era el contraste entre sus ropas tradicionales, que hacen pensar en un arquetipo atemporal, y sus comportamientos de personas como tú y yo: mucha medalla y sombrero con plumas, pero en el desfile también abundaban las gafas de sol ultramodernas, los relojazos y los móviles, y, cómo no, las cervezas espumosas.