Escribir sobre Fresas Salvajes es, en cierto modo, una excusa para airear mis complejos cinéfilos. La cinta cuenta la historia de un señor que ha llegado a viejo manteniendo un ideal severo e inflexible de vida, basado en el desprecio de valores como la empatía o la familia. Un buen día, sin embargo, el viejo se da cuenta de que todo el mundo opina lo contrario que él, y empieza a plantearse que quizás estaba equivocado. A mí, con el cine, me pasa algo parecido. Durante años he defendido un corpus estético, sólido y meditado, que desprecia valores como la alegoría (por ñoña), lo onírico (por aburrido) y la trascendencia (por repelente). Y de pronto, en el marco del Proyecto Sesiones Dobles, me encuentro con Fresas Salvajes. Una película que me aburrió porque reúne todos esos valores, pero que todo el mundo dice que es buena. El protagonista de la cinta de Bergman se sentía culpable por haber defendido disparates durante años. Y yo, como soy un tipo muy influenciable, me siento culpable porque no me gusta lo que se supone que debería gustarme. ¿Qué debo hacer? ¿Cambiar, como el viejo, o quedarme igual, aunque me desprecien todos los cinéfilos adoradores de Bergman del mundo? Por lo pronto, estoy muy acomplejado.
Para saber qué más blogs andan implicados en esto de las Sesiones Dobles hay que pinchar en "leer más".
Los demás blogs son: Books & Films, El diario de Mr. MacGuffin, Sesión doble, Cineahora, Fabrica de ilusiones, El espejo de los sueños, Arte y literatura, El trono de Hatti, La mujer justa, Ojo de buey, Himnem, El lamento de Portnoy, Otros clásicos, La linterna mágica, El dia del cazador, Marcovelez.net, Corten!!!, Rulemanes para Telémaco y Cinefilo-Compulsivo.
02 octubre, 2007
Fresas Salvajes y mi sentimiento de culpa.
Publicado por Rfa. a las 18:23
Etiquetas: cine, Proyecto Sesiones Dobles
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3 comentarios:
Me parece a mí que el sentimiento de culpa de Rfa. debería estar relacionado con el hecho de que se dedicó a roncar mientras veía Fresas Salvajes... Sitiendo airear cuestiones personales, ejem.
Rfa., un día que estés más descansado, dale otra oportunidad, porque la ocasión lo merece. En mi caso, siempre tuve ciertos recelos de Bergman, fundamentados en mi ignorancia y en mis prejuicios, pero después de ver por primera vez Fresas Salvajes uno comprende rápidamente que este señor tan huraño es uno de los grandes, entre otros motivos, por cómo cuenta esta historia hermosísima y por ser un innovador y un creador en la cinematografía, algo que muy pocos autores han conseguido.
Mira, si no te gusta, pues no te gusta. Y con la cabeza bien alta. A mi el neorrealismo italiano me produce sopor y he aprendido a sentirme orgulloso de ello. ¿Por qué fingir? No me gusta y punto.
He descubierto tu blog por CK, y la verdad es que me ha gustado mucho. Seguiré visitándote. Un saludo
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