29 marzo, 2007

Cristo y el pop.

Siempre he creído en Cristo como icono pop. Su imagen es, probablemente, la más representativa de nuestra cultura popular. Y no sólo porque haya funcionado durante dos mil años. También porque es potente, porque es icónica, porque se ha repetido hasta la saciedad y porque todos, en algún momento de nuestra vida, la hemos tenido cerca. ¿Qué más se puede pedir a un icono pop? ¿Adoración? La tiene. ¿Que funcione como marca? Lo hace. ¿Protagonizar una película? Ha protagonizado cientos. ¿Inspirar a los artistas? También.
No hay duda: Cristo juega en la misma liga que Marylin, Superman o el Pato Donald. Y por eso me ha gustado mucho este juego. Lo ha hecho un gamberro que se disfraza de demonio y que va por ahí tocando los cojones a todo tipo de fanáticos. Pero a mí no me interesa el componente sacrílego. Detrás de la broma subyace una realidad que me apetecía señalar: que Cristo, ante todo, es pop.
Artículo relacionado: El Hola mola. El recortable de los reyes.

2 comentarios:

Alis dijo...

¡Qué fuerte! ¡Me encantaaaa!!!

Walter Kung Fu dijo...

Aunque me pesa reconocerlo, te doy la razón. Eso sí, me parece más pop aún la Virgen, cualquiera de ellas. ¿Y la Santísima Trinidad?