15 marzo, 2007

La parte o el todo (y III). Locas.

En Rockdelux dijeron que Jaime Hernández era el mejor escritor de tebeos del mundo, y yo me lo creí. No había oído hablar de él jamás, pero me lo creí. Me fui corriendo a Madrid Cómics y me compré el primer volumen de Locas, su obra magna. La historia de cinco tías en la ciudad de Los Ángeles durante los ochenta. O mejor dicho: las historias. Jaime Hernández se mueve en dos frentes: por un lado inventa anécdotas y por el otro crea personajes. Las anécdotas, claro, son sólo una parte. Apenas me han interesado porque están mal contadas, porque incorporan elementos disparatados y porque da la sensación de que se alargan sin fundamento. Lo que mola son los personajes. En Locas, Jaime Hernández da vida a Hopey y Maggie, dos punkis medio lesbianas, pero también a sus amigas Liz o Rena Titañón, a los macarras mexicanos o a los mecánicos protosolares. Y con ellos construye un puzzle humano muy coherente cuya principal característica es, paradójicamente, lo caótico que resulta. La pregunta es: ¿merece la pena leerse todas esas aventuras aburridas, si al final te quedas con una impresión general que no está mal? Otra vez hay que escoger entre el todo o las partes. Por lo que a mí respecta, no puedo negar que he cogido cariño a los personajes y a sus vidas. Pero no volveré a comprarme más entregas de Locas. Y que le den a Rockdelux.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Medio lesbianas o medio heteros? ME da la sensación de que expresándote así escondes algo...

Rfa. dijo...

Je, je, Magapola. Apareces tú y me das una enorme lección: hay quien presta atención al todo, hay quien presta atención a la parte, y luego hay gente como tú, que sólo se fija en lo más pequeño e insignificante. El mundo está tan lleno de puntos de vista como personas, sin duda. Y eso lo hace maravilloso.
De cualquier forma, te recomiendo que leas Locas y llegues a tu propia conclusión. Las protas nunca dicen que son lesbianas, pero los demás sí dicen que lo son. Y punto pelota. A partir de aquí, que cada cual piense lo que quiera. Y lo diga como quiera.