José Antonio Moreno Montoya le ha sacado una foto a Cristo haciéndose una paja. ¿Para qué? Según él mismo explica, para “exaltar la sexualidad como faceta inherente al ser humano, independiente de cualquier creencia o religión”. O sea, para que nos demos cuenta de que por mucho que digan los curas, el ñaca-ñaca es el pan nuestro de cada día. ¿Y lo consigue? Eso, que lo decida cada cual. Yo, por mi parte, celebro la ocurrencia de reinterpretar la iconografía tradicional cristiana. Me gusta que los temas y los motivos que siempre han estado en el arte puedan cargarse de nuevas connotaciones, que todavía ofrezcan la posibilidad de significar algo distinto. Luego está el asunto de las implicaciones morales del nuevo mensaje, pero eso ya no me interesa. Prefiero dejar el debate sobre moralidad a alguien que se aburra más que yo.
Para complementar esta idea, hay que leer también Sindrogámico.
3 comentarios:
Durante los últimos días se ha venido debatiendo sobre la conveniencia u oportunidad de sacar a la luz estas fotos justo en este momento, fotos que, según tengo entendido, llevaban ya un par de años circulando. Los "defensores" hablan de la poca calidad de las fotos y de la publicidad gratuíta que se le está haciendo a Montoya, mientras los detractores hablan de qué pasaría si fuera Mahoma en vez de símbolos católicos, con esa mezcla extraña de superioridad moral y cierta envidia de lapidación que tanto triunfa en nuestra conferencia episcopal. Supongo que, como toda muestra de arte, es discutible y algunos le verán el genio y otros no, pero a mí lo de mezclar religión y sexo ya me parece un truco un poco manido, y escandalizarse a estas alturas, pues un poco antiguo, la verdad...
Yo también pienso que la pornografía es un recurso fácil. Pero si visitáis la página de JAM, veréis que el tipo ha seguido siempre una línea, digamos, de poca ropa. Si tenemos eso en cuenta, las fotos de Cristo que ha hecho ahora no son más que una prolongación, bastante coherente, de su trabajo. Otra cosa es que su trabajo se base siempre en el impacto y el escándalo fácil, que no creo.
Lo único que le pido a un artista para tomarle en serio es que sea capaz de plasmar la misma idea de dos formas diferentes. O lo que es lo mismo: que sea coherente. Si alguien hace una foto y resulta que le ha salido bonita, es un tipo con suerte. Si hace dos fotos completamente distintas y las dos son bonitas, sigue siendo un tipo con suerte. Pero si, además, las dos fotos tienen algo en común, una misma idea, una misma forma de ver el mundo, entonces ya estamos hablando de una mirada especial, de una coherencia artística. Y es entonces cuando se acaba la suerte y empieza el arte.
¿Eso anula, quizás, las posibilidades de evolución de los artistas?
Picasso pintó con estilos muy diferentes en las distintas etapas de su vida, y esa coherencia-que-hace-de-tí-un-artista" de la que hablas se le quiere encontrar al malagueño en el hecho de que en toda su obra hay trazas de una supuesta españolidad.
Al margen de que eso sea verdad, y de que Picasso no fuera más Picasso y ya está que español, como muchos pensamos, hay otros artistas que en el curso de su trayectoria se reinventan a sí mismos totalmente.
Francis Picabia o Duchamp, por ejemplo, pasaron del extremo del cubismo al surrealismo y la abstracción, el uno, y a la negación total del arte con los ready mades, el otro. ¿Les hace eso menos artistas?
Publicar un comentario