29 enero, 2010

Fotos geniales que algún día plagiaré. Autorretrato de Umbo.

En las últimas páginas de cualquier enciclopedia de fotografía se puede leer la trágica historia de Umbo, el fotógrafo que se quedó sin fotos. Umbo, de nombre real Otto Maximilian Umbehr, fue uno de esos jóvenes modernos y estilosos que pululaban por la Alemania de los años 20, uno de esos que siempre iba con chicas de faldas por la rodilla y flequillos rectos, de los que se sentaba en una mesa del cabaret y escuchaba cantar aquello de Willkommen, Bienvenue, Welcome. Fue también uno de esos estudiantes de la Bauhaus que se corrían juergas pavorosas, pupilo del místico vegetariano Johannes Itten (sobre quien, por cierto, alguna vez publicaré algo) y fabricante de fotomontajes dadaístas. Umbo se hizo especialmente famoso por los primeros planos que sacaba de sus amigas -tan cerca que casi les tocaba la nariz- y por las fotos cenitales que hacía de la calle. Pero durante la Segunda Guerra Mundial un bombardeo destruyó todos sus negativos y el pobre Otto pasó de ser un genio a no ser nada, se convirtió en el fotógrafo que se quedó sin fotos. Menuda putada, no poder demostrarle a nadie lo bueno que has sido y tener que vivir a la sombra de glorias que sólo tú recuerdas. Finalmente, en los años setenta, con una copia rescatado de aquí y otra rescatada de allá, el ya anciano Umbo logró reconstruir su archivo y reivindicar su talento para la historia de la fotografía. No sabemos cuánto se perdería irremediablemente, pero gracias a Dios tenemos este autorretrato genial. Me gusta tanto que algún día copiaré la idea y me haré uno igual a mí mismo, para mi colección privada.
Otros plagios confesos:

Para ver algunas fotos de Umbo hay que pinchar en "Leer más".


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