30 octubre, 2007

Juan Hidalgo, Zaj y los Hermanos Marx

A Juan Hidalgo las fronteras que imponen los medios de expresión tradicionales siempre se le quedaron cortas.
Como compositor, fue el primero en España que hizo música electroacústica (aquélla que se sirve de sonidos generados automáticamente por medio de máquinas), y también el primero en sugerir que los instrumentos no tenían por qué tocarse según los métodos canónicos (el piano presionando las teclas, el violín rozando las cuerdas con el arco), sino que podían convertirse en maravillosas herramientas polivalentes.
Como artista, fue nada menos que el fundador de Zaj en 1964, uno de los grupos de vanguardia más dadaístas que este país ha dado a luz. Zaj (Juan Hidalgo, Walter Marchetti, Esther Ferrer…) desmitificaba el objeto artístico a favor de la acción desenfadada. Hacían, por ejemplo, conciertos itinerantes por las calles de Madrid, y enviaban “arte postal” a unos atónitos destinatarios que recibían tarjetas con textos incomprensibles. Sus acciones eran conciertos, performances, bromas juerguistas, y tantas cosas más que tuvieron que bautizarlos como Etcéteras.
Pinchad aquí para haceros una idea de cómo sonaba Juan Hidalgo por entonces. Son tres variaciones sobre un mismo tema, muy divertidas. Y para haceros una idea del impacto que debía de causar en la España franquista de los años 60, echad un ojo al vídeo, más divertido todavía.



Pues bien, hoy Juan Hidalgo ya es octogenario y empieza a ser respetado por la respetable crítica, y con motivo de su cumpleaños el Ensemble Madrid le dedicó un concierto-homenaje en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. De esa tarde me llevo el recuerdo de haber visto a un mito con la más amable de las sonrisas. Pero, sobre todo, me quedo con la felicidad de haber reconocido a otro de mis mitos: Los Hermanos Marx.
Desde el concierto-acción de Juan Hidalgo los Marx a mis ojos quedan revalidados como auténticos artistas Zaj: Los intérpretes de la obra de Hidalgo golpeaban sus violines con las manos, arañaban las cuerdas con las uñas y utilizaban las varillas para rascarse el cogote o para pinchar al compañero. A mí, todo eso me recordó imágenes como la de Harpo aporreando un piano hasta desarmarlo para utilizar las cuerdas interiores como harpa, o esa escena en que se cuelan en una orquesta, le roban la batuta al director y con ella entablan una lucha de esgrima contra toda la sección de viento. Esas piezas musicales aparentemente inofensivas que los Marx introducían en sus películas ironizaban con los métodos ortodoxos de hacer música y reivindicaban un mundo de libertad para el músico y el intérprete. Al más puro estilo Zaj, vaya.

¡Viva Juan Hidalgo! ¡Vivan los Hermanos Marx!

2 comentarios:

Rfa. dijo...

¡Vivan! Me he partido de risa con el vídeo, Alis. Tanto por lo que contaba, como por la forma que tenía de contarlo. A mí esto del arte gamberro me divierte bastante, y por eso celebro que el locutor potenciase el lado humorístico y travieso de todo el asunto. El problema es que muchas veces es difícil percibir el chiste, y la situación se vuelve absurda o incómoda.
Por otro lado, no deja de ser asombroso que Juan Hidalgo hiciese cosas hace cuarenta años que, todavía hoy, pasan por modernas y transgresoras en las revistas de tendencias. Gran lección.

mikto kuai dijo...

Me sumo a los vítores, ¡vivan!, ¡ambos!