08 marzo, 2007

Corea busca sus raíces












En la sala Alcalá 31, espacio de exposiciones de la Comunidad de Madrid, se puede visitar la muestra Buscando la raíz_ Historias Coreanas al Desnudo, que forma parte de la serie de acontecimientos culturales relacionados con Corea organizados con motivo de ser este el país invitado de ARCO '07. Tanto el leitmotiv (la búsqueda, por parte de la sociedad coreana actual, de sus raíces culturales) como las obras que integran la muestra provienen, a su vez, de la Bienal de Gwangju, que pugna por mostrar al mundo una Corea moderna actualizadora de sus tradiciones.


Esta línea de contenido está presente en todas las obras de la muestra, algunas veces de una forma muy obvia y otras con más frescura y originalidad. Por su frescura precisamente me han impresionado dos obras por encima de las demás: Translated vases, de Sookyung Lee, y Mobile Landscape, de Jong-ku Kim.

La primera, como su título indica, traduce el tradicional arte de la porcelana a un lenguaje más moderno, por medio de la deconstrucción (parte los jarrones en pedazos) y la reconstrucción libre (los pega de nuevo, de forma arbitraria). El resultado son unas inquietantes formas bulbosas que intuimos alguna vez debieron de ser jarrones, lo cual hace que se sienta un ataque a la estabilidad de la vida diaria (pues un jarrón es un objeto de uso común), que es subvertida y transformada.
Eso hay que hacer con la tradición, nos está diciendo esta artista: no olvidarla, pero tampoco seguirla a pie juntillas. ¿O bien nos dice, por el contrario, que la cultura del pasado está hecha añicos, y que los que intentan continuarla deforman la realidad?

La segunda obra consiste en unas pequeñas cámaras que están continuamente proyectando la imagen de unas lonas blancas que hay en el suelo, sobre las que se han dibujado diferentes formas con negrísimo polvo de acero. ¿Qué tiene eso de especial?, os preguntaréis. Pues bien, ese polvo de acero lo ha depositado previamente el artista, que, en una auténtica performance, ha escrito con el polvo, en un precioso ejercicio de caligrafía oriental. La sorpresa final es que, las cámaras, al descansar sobre el propio suelo, captan los diferentes montoncitos de polvo negro sin profundidad espacial entre ellos, de forma que lo que en la lona son letras chinas, en la imagen se transforma en montañas al más puro estilo de paisaje de ukiyo-e.
Así pues lo tenemos todo: la tradición, representada por la caligrafía (que para los orientales es un arte venerable) y el típico paisaje orientalista; y la modernidad, que reside en la utilización de acero y vídeo, y en el hecho de que la obra se plantea en el fondo como una performance (recordad, el arte procesual).
Chulísimo.

Buscando la raíz_ Historias Coreanas al Desnudo, en la Sala Alcalá 31, hasta el ¡18 de marzo!

2 comentarios:

Rfa. dijo...

Yo soy súper fan de los artistas que saben reinterpretar las tradiciones artísticas en un contexto contemporáneo. Y, claro, suelo mofarme de los modernetes que disfrazan su ignorancia de vanguardismo. El mejor arte es el que sabe lo que vino antes. Luego, una vez que lo sabes, puedes hacer lo que quieras: dialogar con el pasado o romper con él. Pero siempre sabiendo por qué.

Anónimo dijo...

Me gussta mirar a esa mujer, de negro, una línea su cuerpo, dentro de esa sala enerme, blanca, con la sola compañía de algo llamado "arte".