Esta es la primera foto que hice en Berlín este verano. Al menos, es la primera que me tomé en serio. Hasta que di con este señor lo mismo le hacía fotos a una torre de aguas, a los reflejos en una ventana o a los Trabant que me encontraba aparcados. Vamos, que estaba perdido. Según mi programa de gestión de imágenes, antes de sacar esta foto había sacado 287, y de esas sólo una era un retrato. El resto, palos de ciego. Después de encontrarme con el predicador hice 1323 fotos más, entre ellas todos los retratos que han salido en esta serie y los que colgué en PHE. De algún modo, este señor, su perro y su Biblia me abrieron los ojos y me enseñaron cuál era el camino a seguir. Encontrar una respuesta a la gran pregunta de "a qué puedo hacer fotos" es una especie de milagro, un don divino. Por eso no me extraña haber visto la luz con un predicador.
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01 diciembre, 2009
Ich bin ein Berliner. Predicador.
Publicado por Rfa. a las 17:51
Etiquetas: fotografía, Ich bin ein Berliner
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2 comentarios:
Y encima esa sombra que se proyecta sobre el cartel podría parecer el mismo Jesús en persona...
Parace que el tío está superpuesto al fondo con ese nego de los arbustos.
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