Te pasa a veces, que descubres a un fotógrafo que ha tenido la misma idea que tú. Si es novato no importa, pero si es un clásico te sientes halagado porque, de algún modo, legitima tu trabajo. A mí me ocurrió el otro día, cuando fui a ver la exposición de Lisette Model que hay en Madrid. Cuando esta señora vivía en Nueva York fue maestra de mi admiradísima Diane Arbus. Pero antes de eso nació y vivió en Europa, y allí se dedicó a hacer fotos a los ricos que veraneaban en Niza. Como admirador a ultranza que soy de La Muerte en Venecia (el libro, no tanto la película), yo también siento debilidad por esa esplendorosa decadencia, a caballo entre el siglo XIX y el XX, que consistía en ir a la playa a sentarse en un sofá. Igual que Lisette Model, yo también intenté hacer una serie sobre estos individuos. Y tuve que sacar mis limitadísimas armas de seductor para convencer a esta dama de que ella era la modelo ideal, la más guapa de la playa, la mejor. Si alguien quiere comprobar hasta qué punto se parece la foto a las que hacía Lisette, sólo tiene que pinchar en "leer más".
Artículos relacionados:
14 diciembre, 2009
Ich bin ein Berliner. Bañista II.
Publicado por Rfa. a las 11:36
Etiquetas: fotografía, Ich bin ein Berliner
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario