20 diciembre, 2009

Ich bin ein Berliner. Dama decimonónica.

El otro día vimos El Gatopardo en casa y me gustó tanto que tenía que hacerle algún tipo de homenaje. Por eso cuelgo esta foto. Para cualquiera de los mortales, esta señora va vestida de época. Pero para un observador tan refinado como Luchino Visconti seguro que cabría hacer mil matices y alguna puntualización extra. Su adaptación de la novela de Lampedusa me gustó, sobre todo, porque la sociedad del XIX aparece retratada con fidelidad documental, como si se hubiese llevado las cámaras a 1850 y hubiese filmado los bailes, las misas, los cortejos y los formidables banquetes tal cual estaban teniendo lugar en aquella Sicilia polvorienta. Meticuloso y maniático legendario, Visconti no sólo saca la pompa del pasado, sino también el sudor y el aburrimiento del protocolo. Como ya he contado más de una vez, yo me cortaría una falange del dedo izquierdo si pudiese darme una vuelta por ese mundo de tafetán y miriñaques. Pero como no puedo, me conformo con ver películas como El Gatopardo, leer libros como La Regenta y hacer fotos de simulacros como éste. Para ver el vals de la película sólo hay que pinchar en "leer más".
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