Siempre he pensado que lo más difícil para un fotógrafo es hacer fotos de lo que le rodea. Parece una contradicción, pero las cosas que estamos acostumbrados a ver son las cosas que menos vemos en realidad. De ahí que sienta una especial predilección por las fotos que he hecho en Madrid. Como por ejemplo ésta. Recuerdo que la hice cuando Alis estaba viviendo en Berlín y que luego, cuando se la enseñé, ella me dijo que le parecía una imagen muy madrileña. A mí también me lo parece. Y no tanto porque el señor sea un vendedor de barquillos, sino más bien porque se está tomando un bocadillo, que es una cosa muy nuestra. Y porque las señoras del fondo, con sus faldas rectas y sus vestidos de flores, me inspiran familiaridad.
Por supuesto, en Paisajes habitados hemos colgado más fotos de Madrid. Quien sienta curiosidad, sólo tiene que acercarse a Artépolis antes del 2 de julio.
16 junio, 2007
Paisajes habitados. Vendedor de barquillos.
Publicado por Rfa. a las 21:00
Etiquetas: fotografía, Paisajes habitados
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
¿Por qué será que, cuando estás lejos, te reconoces en cosas como los barquillos, los bocatas o las señoronas con faldas rectas? Y quien dice eso, dice el café después de comer o la tortilla de patatas. ¿Qué tienen esas cosas meramente anecdóticas de nosotros?
Publicar un comentario