Con esta foto me ocurre justo lo contrario de lo que me pasaba con la última. Aquella me gustaba porque estaba hecha en Madrid y representaba a Madrid, y ésta me gusta porque, aunque también está hecha aquí, me hace pensar en otra ciudad. En Nueva York, concretamente. Hace treinta años. Eso de jugar al ajedrez en la calle me parece completamente neoyorquino, la verdad. Y lo mismo la chaqueta del chándal y el peinado afro, que me resultan muy seventies. Sólo falta una banda sonora de blacksplotation para completar el efecto. Pero tengo un problema: ¿se pueden usar criterios totalmente contrarios a la hora de valorar unas fotos? ¿Puedo decir “Diego” en lugar de “digo”? Ay, la integridad…
En Paisajes habitados hay más fotos sobre las que aplicar diferentes criterios de opinión. Quien vaya a Artépolis, que sepa que se encontrará al menos una al gusto del suyo. Pero ojo: sólo hasta el 2 de julio. Hay que darse prisa.
18 junio, 2007
Paisajes habitados. Jugador de ajedrez.
Publicado por Rfa. a las 8:52
Etiquetas: fotografía, Paisajes habitados
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1 comentario:
Cada foto nos toca por una cosa diferente. No creo que el hecho de que te gusten dos fotos por cosas totalmente diferente sea decir "diego" y luego "digo"... Si fuéramos totalmente fieles a un sólo gusto sería un aburrimiento, porque todas las fotos serían la misma.
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