22 junio, 2007

Paisajes habitados. Nuestra Señora de la Soledad.

Cuando Alis y yo preparábamos Paisajes habitados discutimos mucho sobre el concepto de la exposición. En realidad, la mayoría de estas fotos no están hechas a partir de una idea previa, sino que son fruto de las circunstancias. Y claro, juntarlas bajo un concepto que nos hubiésemos sacado de la manga nos parecía pretencioso y falso. Al final, como ya he contado, nos quedamos con el comodín de “Paisajes habitados”, que vale un poco para todo. Pero aquellas conversaciones nos obligaron a mirar las fotos con una perspectiva global, a ver qué tenían en común. Y después de un profundo ejercicio de autoanálisis, lo más cercano a un punto de vista consciente que me atrevo a reconocer es mi debilidad por lo siniestro. Una debilidad que queda perfectamente ilustrada con esta foto. Me interesa el componente más sombrío del folclore popular, y cuando voy a las procesiones trato de captarlo. Evidentemente, esta señora no se paseó todo el rato con cara de “me gustaría matarte”. Pero yo, como soy así de retorcido, hice la foto justo cuando la idea del homicidio brilló en su mirada. Y juro que si hubiera conseguido más imágenes así, esta serie se llamaría Paisajes para no dormir.
Para sugerir otros títulos hay que pasarse antes por Artépolis, ver la exposición completa y volver. Todo ello, de aquí al 2 de julio.

9 comentarios:

Álvaro dijo...

Y digo yo que tendréis fotos de vuetras actuaciones... Sería muy interesente poder verlas... Después de lo que me habéis contado, entendereis mi curisoidad...

Alis dijo...

Desgraciadamente, cualquier foto que se me hiciera a mí mientras trabajo sería un vertiginoso contrapicado en el que sólo se podría distinguir un puntito brillante en la lejanía... Tan alta está mi cuerda floja.

Manuel de la Rosa -tuccitano- dijo...

Seguro que la la cara de la siniestra señora sería fruto de lo que le apretaría el zapato estrenado para tal ocasión.

Me gusta la foto...un saludo

Itsaso dijo...

Pues si, seguro que es la zona de la foto. Esta sacada desde la iglesia que hay arriba, San Telmo. La verdad que el acantilado asusta pero una vez que pasas tantas veces te acostumbras

Rfa. dijo...

Gracias, itsaso. Por si alguien no entiende eso que dices de la iglesia de San Telmo y del acantilado, yo lo explico. Itsaso colgó un post en su blog donde hablaba sobre acantilados y dinosaurios, y cuando yo vi la foto creí reconocer el lugar. Pero no estaba seguro, y es por eso que ahora él (tú) me escribe para confirmalo. ¡Gracias otra vez!

Álvaro dijo...

Y del domador, ¿hay fotos?

June Fernández dijo...

Gracias por tu visita, espero que no sea la última que hace ilusión tener a nueva gente en el blog. A mí los ritos católicos en general me parecen muy siniestros, y desde luego que dan pie a fotografías muy intensas y perturbadoras. En mi blog también hay una fotografía de una procesión, en la etiqueta "Fotografía", tal vez te guste.

No soy una experta en ésto -ni falta que me hace porque creo que el arte es para sentirlo, no para entenderlo ni intelectualizarlo- pero por ahora me encantan vuestras fotos.

June Fernández dijo...

Por cierto, voy a Madrid pero a mediados de julio, qué pena. ¿Sabéis ya si expondréis en algún lado después del 2 de julio? Me da pena perdérmelo.

Rfa. dijo...

á. matía: El domador ya tiene una foto en la red. Sólo hay que pinchar en su perfil. Para lo demás, habrá que recurrir a la imaginación. Para algo estamos en el circo, ¿no?
june: Lo siento, no quedará nada de la exposición después del 2 de julio. Sólo las fotos de este blog y las que cuelgo aquí. Así que ya sabes: pásate cuando quieras por cualquiera de los dos sitios. Siempre serás bienvenida.