Madre mía, cuánto me repito. Creo que la primera vez que escribí sobre este tema fue en Sindrogámico, el 30 de junio de 2006. Hace tres años y medio. El blog estaba recién creado, yo me acababa de comprar la cámara... y ya entonces tenía dudas sobre qué es mejor, blanco y negro o color. Aquel primer post no aclaraba mucho la cuestión, pero un año después (junio 2007) retomé el asunto y escribí lo siguiente: "Tengo una debilidad especial por el blanco y negro porque pienso que esa mínima diferencia con respecto a la realidad es los que hace que las fotos sean fotos, y no meros testimonios". Sigo pensándolo, pero con el tiempo he matizado mis reflexiones. El año pasado, por ejemplo, escribí un post sobre Marruecos donde decía que un buen efecto de luz puede justificar una renuncia al gris. Cuatro meses después, aquí, matizaba de nuevo argumentando que a veces el color puede ser la única excusa para hacer la foto. Y (ya acabo) en noviembre de 2008 colgué otra foto en color sólo "por una cuestión de moda". ¿Conclusión? A veces, sólo a veces, es imposible quedarse con el blanco y negro.
Artículo relacionado: USA. Bosque quemado (18).
15 diciembre, 2009
Ich bin ein Berliner. Peluquera.
Publicado por Rfa. a las 7:00
Etiquetas: fotografía, Ich bin ein Berliner
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Desde luego, el encanto de esta foto lo da el color, que crea esa especie de ambiente de fantasía tipo Amelie.
Publicar un comentario