15 agosto, 2008

Buenos Aires. Cementerio de Recoleta.

El Cementerio de Recoleta, tan turístico como aristocrático, es lo que se ve cuando te asomas por la ventana de un rico. La ciudad pudiente ha crecido tan cerca de las tumbas que a veces no está claro dónde acaba el mundo de los muertos. Como una película mala de zombies, pero con Evita de protagonista. La gran ironía es que los apartamentos que se asoman a este plató funerario están, probablemente, entre los más caros de Buenos Aires. Pagas una fortuna por dar los buenos días a los muertos. O mejor dicho: pagas una fortuna por dar los buenos días a tus muertos, porque son los propios vecinos los que se hacen enterrar aquí. El caso es estar apretaditos antes y después de la guadaña, como en la foto. Lo que más me gusta de esta imagen es esa sensación de abigarramiento inexorable. (Eso sí: para verla bien, lo mejor es visitar mi fotolog).

4 comentarios:

NáN dijo...

Vengo a mirar la foto. Me voy. Vuelvo. Trato de decidir si esa chica gigantona de piernas fuertes es un error. Si incluye algo que corta la relación entre las dos arquitecturas (por cierto, bestiales en su proximidad).

Y comento porque me he dado cuenta de que no es un error: es una dificultad.

Anónimo dijo...

Y yo me pregunto, ¿esas colmenas del fondo también son tumbas?

Alis dijo...

Yo creo que lo que introduce la chica en la foto es el elemento humano; es decir, nos asegura que esos espacios están hechos para ser habitados (o rellenados) por seres humanos, tanto los micropisos de los rascacielos como las tumbas.

Zebra dijo...

Es tan lindo Recoleta. Además de un paseo por el cementerio, es lindo poder caminar, visitar la Plaza Francia y su feria, el Centro Cultural, Buenos Aires Design, Palais de Glase, Museo de Bellas Artes, la Biblioteca Nacional, el Café literario Clásica y Moderna y La Biela. Sin duda un barrio que tiene mucho para ofrecer :)

Josefina Argüello - Tarifas Hotel en Buenos Aires