El chico de la curtiduría estaba hundido en caca de paloma. Llevaba un cuchillo y me daba la espalda. El suelo cuadriculado de bañeras coloreadas. No había nadie más, ni siquera ruido. El olor era nauseabundo. Había llovido y resbalaba. Me acerqué por detrás. El chico de la curtiduría, hundido en caca de paloma, se dio la vuelta sólo un segundo. El cielo se reflejaba en el agua sucia.
(Para ver más fotos de Marruecos, aquí).
13 marzo, 2008
Marruecos. El chico de la curtiduría.
Publicado por Rfa. a las 18:53
Etiquetas: fotografía, Marruecos
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1 comentario:
No te dieron una ramita de hierbabuena para ponertela en la nariz? jejeje. Desde luego ese sitio es digno de visitar, aunque solo una vez. No me imagino lo que sería trabajar allí
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