20 octubre, 2008

Grabando Estampas (y VII). Fernando Bellver.

Grabando Estampas termina como Dios manda, en alto. El último fragmento me gusta porque transmite una visión del arte que debería dejar contento a todo el mundo, desde los cursis hasta los inquietos. Y todo gracias al personaje más magnético de todo el documental, Fernando Bellver (a quien ya vimos en el segundo fragmento, por cierto). Bellver complace a los ñoños porque su obra es personal y sincera, porque se deja la piel, porque alimenta el viejo tópico de creador atormentado que utiliza su arte para expresar emociones tan universales como el desamor, la resaca y el frío. Y a los que buscan compromiso y vanguardia, los que suben la ceja cuando algo les huele a sensiblero, les brinda una personalidad tan heterogénea e inabarcable, tan pendiente de no aburrirse nunca, de "romper con los totems", que no pueden evitar sentirse igualmente complacidos. Mi momento favorito de todos es cuando Conco Díaz, el galerista que ha apadrinado a Bellver durante toda su carrera, reconoce que ha venido desde Canarias para exponer unos grabados que, está seguro, no podrá vender. Esa mezcla de amistad e integridad estética me conmueve.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Bueno, yo he esperado hasta verlos todos para daros mi más sincera enhorabuena, el documental es fabuloso, plural y variado. Seguir así, más gente debería ver cosas se éstas.

Zaguero

ese dijo...

¡Vaya!!