Siempre me ha dado envidia la gente que vive en casas de colores. En España, por desgracia, somos devotos de la cal blanca y la maceta de claveles rojos, una combinación que no está nada mal pero que no tiene personalidad. Y yo, encima, tengo una falta de imaginación cromática absoluta. Por eso me arrodillo ante la gente que se desliza con soltura por el tobogán del arco iris, desde la abeja Maya hasta esta noble señora. Ahí está, ahí está, viendo pasar el tiempo por ventanas naranjas y rendijas azules. Nunca podré ser como ella, así que tendré que conformarme con hacerle una foto. (Y no pasarla a blanco y negro, como tantas otras que he subido a mi fotolog).
Artículos relacionados:
25 julio, 2008
Buenos Aires. Señora sobre fondo azul.
Publicado por Rfa. a las 7:30
Etiquetas: Buenos Aires, fotografía
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
3 comentarios:
Pues a mí me encantan las casas encaladas, eso sí, si los marcos de puertas y ventanas están pintados de colores. Como los pueblos mediterráneos encalados con los marcos azules. O Lanzarote, donde casi todas las casas son blancas, pero según la zona ves los marcos pintados de verde, o de negro, o de azul, en perfecta armonía con el paisaje.
Y flores en las ventanas, de todos los colores, para dar alegría tanto al habitante como al paseante.
De momento, me quedo patidifuso con la pulcritud trabajada que emana la señora, la mesa y la casa.
Yo ya sabes que soy fan de tus fotos en color, aunque solo sea por lo poco que se prodigan.
Publicar un comentario