Antiguamente los caravansares de Marruecos eran lugares de acogida para los mercaderes que llegaban con sus camellos. Algo así como nuestras casas de postas, pero un pelín más orientados al comercio, supongo. Hoy ya no hay camellos en las ciudades, sólo están en el desierto. Los caravansares del siglo XXI son edificios con un patio interior donde sueles encontrarte artesanos repartidos en diferentes locales. Aunque están abiertos al público y cualquiera puede colarse a echar un vistazo, estos caravansares todavía conservan una atmósfera tradicional, de gremio. El señor de la imagen se dedicaba a trabajar el metal. Creo recordar que hacía damasquinado, pero no estoy seguro. Lo que me interesaba cuando tomé la foto era captar el movimiento constante del martillo cayendo sobre la punceta, pum, pum, pum, en una especie de trance que podía durar horas. No es una de mis favoritas, pero me gusta el dinamismo que desprende.
Esta foto y muchas otras también se pueden ver, a un tamaño mejor, en mi fotolog.
26 febrero, 2008
Marruecos. Artesano del caravansar.
Publicado por Rfa. a las 21:29
Etiquetas: fotografía, Marruecos
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2 comentarios:
Me gustan tus fotos !!! A mi encantaría viajas, sacar fotos y escribir toda la vida !!!
Además del dinamismo, impresiona la cercanía a la artesanía pura y dura, a la que nosotros ya no estamos muy acostumbrados.
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