02 abril, 2008

Entre la vida y la muerte.

La señora que sale en estas dos fotos es la misma. La diferencia entre una imagen y la otra es que en la primera está viva, y en la segunda está muerta. Ambas fueron realizadas por un fotógrafo alemán que se llama Walter Schels para una serie que se titula Vida antes de la muerte. Walter convenció a un puñado de enfermos terminales para que le dejaran fotografiarles antes de morir y después de muertos. En teoría, el objetivo es naturalizar la muerte, quitarle dramatismo. Pero a mí, sinceramente, me parece un poco escalofriante. Se pueden ver más juegos de vida y muerte si se pincha en "leer más", pero para visitar la nueva exposición de Walter Schels, hay que pinchar aquí.



9 comentarios:

Alis dijo...

sí que es bastante gore, sí. Sin embargo, no se puede negar que las imágenes son potentes y que no dejan indiferente. Lo que sí detecto es que, desde luego, no hay nada de naturalización de la muerte, sino más bien su estetización.

n. dijo...

Madre de dios, se me ha cortado el desayuno. A mí me ha recordado un poco la estética de "A dos metros bajo tierra", pero el hecho de saber que se trata de muertos reales me ha dado un poco de mal rollo. También me ha recordado a las fotos de "Los otros" (no los de Lost, los de Amenábar ;)

Anónimo dijo...

Es un tema al que le doy vueltas: no hay una educación laica sobre la muerte, lo cual es bastante preocupante, ¿no os parece?

LAs fotos me han gustado, no encuentro la diferencia entre las caras de muertos y la de dormidos.

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
NáN dijo...

A mí lo que me da yuyu es el comentario 4.

He mirado detenidamente las fotos y me parece que todos han mejorado. Podría explicarse por el hecho de que eran enfermos terminales y estaban sometidos a un dolor que les ha desaparecido. Quizá valga esa explicación en algún caso (la foto inferior), pero hay otros, como la primera pareja de fotos, en la que se acentúa la sonrisa irónica y bondadosa hasta un punto increíble.

Os propongo que os paséis por Conde-Duque, en el Espacio Dos, a ver una instalación de Fleix de la concha. Son 50 cuadritos de personajes de la cultura hechos en dos horas. Durante las dos horas, pintor y retratado mantenían una conversación que se puede escuchar con auriculares poniéndote delante del cuadrito. Serían 100 horas de grabación (imposible soportar).

Hago esta referencia porque me pasó al revés: me pareció que "todos" los retratados estaban ya muertos. No que se los hubiera hecho cuando ya habían muerto. Sino que al dejarse pintar pensaban que esos cuadros no se expondrían hasta que hubieran muerto. Como en la inauguración acudieron varios de los modelos, me llevé más de un susto.

chicoutimi dijo...

A mí también me produce escalofríos el comentario suprimido...qué diría?
Y estas fotos un poco, sí, no consigo asociarlas con la naturalidad que se buscaba. Supongo que es porque sé que están muertos y mi subconsciente o mi educación hacen el resto.
No sé si una educación laica sobre la muerte haría que la aceptáramos con más serenidad. Creo que una de las cosas positivas de las religiones es que ayudan a no verla como un final, pues para los que no somos creyente no existe un más allá.

Anónimo dijo...

Hello. This post is likeable, and your blog is very interesting, congratulations :-). I will add in my blogroll =). If possible gives a last there on my blog, it is about the Flores Online, I hope you enjoy. The address is http://flores-on-line.blogspot.com. A hug.

Anónimo dijo...

Me parece muy interesante la visión de este fotógrafo. A mí la verdad es que no me parecen gores ni mucho menos. Yo creo que hay una gran diferencia entre las fotos en las que están vivos y las que están muertos.
Cada una expresa justo lo que los a los enfermos les pasa por la cabeza.
La mayoría de ellos, es las fotos antes de morir, se les ve sufriendo, cansados, con miedo...
Sin embrago, en las fotos es las que están muertos se les ve justo al contrario: casi todos están relajados, "felices", descansados,... ¿No os parece?
Pero cada enfermo es diferente. A uno se le ve que está atemorizado con la idea de que va a morir. A todo se le intuye que todavía tiene esperanza, otro lo ha aceptado y sabe que va a morir pero que va a dejar de sufrir... Cada rostro es fiel a un sentimiento.
Sari.

NáN dijo...

Chicoutimi, no hace falta ser creyente para apaciguar la muerte. Solo hace falta pensarla y llegar a reconciliarte con ella.

Hay un libro de Derrida en el que despide a todos sus conocidos. Se llama "El fin del mundo" porque considera que una muerte no es el fin de un mundo, sino el del mundo. Es muy interesante, pero desde luego no es de "autoayuda". No existe esa cosa que venden los buhoneros y mercachifles de ese negocio. Solo la negociación con uno mismo, trabajosa y a veces espinosa. Lo único que te aseguro es que el resultado es bueno, aunque incluso habiéndolo conseguido hay momentos que te pillan nostálgico por la pérdida (por ese fin del mundo).

Para tu tranquilidad, te diré que por ser hijo muy tardía de una familia muy grande, casi me he convertido en un experto en ayudar en esos momentos y he visto de todo, pero tengo algún ejemplo de personas muy "religiosas" que se fueron inquietos y "cagándose en tó". No les concedas esas ventaja a los creyentes, porque es falsa.

Me tiraría horas hablando del tema, pero me estoy muriendo de hambre.