22 abril, 2008

El nuevo Michel Gondry.

Hace cinco o seis años los modernetes avispadillos nos frotábamos las manos al escuchar el nombre de Michel Gondry. Este Peter Pan francés había irrumpido en nuestras vidas con un torrente de ideas y un exquisito gusto musical, y todos pensábamos que era el advenimiento de un nuevo cine. Si con sus videoclips se nos caía la baba, con Olvídate de mí llegamos a creernos que estábamos ante una cumbre creativa del nuevo milenio. Pero luego llegó la flojísima Ciencia del sueño y se nos derrumbó el mito: lo que en algún momento nos había parecido el triunfo de la imaginación artesanal, se nos reveló como un ejercicio de retórica acartonada (en el doble sentido de la palabra). El último delirio gondrinesco (titulado en España Rebobine, por favor) no es tan lamentable, pero todos sospechamos ya que el pobre Michel ha tocado fondo. ¿Entonces? Muy fácil: como somos monstruos fagocitadores de talentos frescos, hay que buscar un nuevo genio. Y mi amiga, la Petitte Echalotte, me presentó hace algún tiempo a Lasse Gjertsen. Aquí dejo un par de vídeos suyos, para que todo el mundo pueda formarse una opinión. Y me despido con una cita extraída de su página de youtube: "No veo ninguna diferencia entre hacer publicidad y chuparle la polla a un viejo gordo, blanco y rico que lleva traje". ¿Queríamos punk? Tomemos punk.

4 comentarios:

Walter Kung Fu dijo...

He de suponer que la primera impresión que he de llevarme es que este tipo está grillao. En la segunda, entiendo que debería decir que Lasse Gjertsen es muy creativo, sin embargo quedé un tanto aturdido para decir algo más después de ver estos dos vídeos.

n. dijo...

Me da a mí que hay que concederle mucho más crédito que el que le dábamos en principio a Charlie Kaufmann. Gondry sin control no deja de ser un artesano muy, muy hábil, pero parece que le viene muy bien alguien que organice un poco los mundos que tiene en la cabeza.

Alis dijo...

Pues a mí Be kind rewind me ha gustado mucho. Al contrario que Rfa., pienso que los delirios artesanales de Gondry, que en La ciencia del sueño parecían ser el único argumento de la peli, aquí quedan perfectamente integrados en la narración. No parece que meta sus artefactos creativos de pegote, sino que la propia historia que está contando los pide. Eso no debe ser pasado por alto, ni mucho menos despreciado.
Por otra parte, ese torrente imaginativo que en la anterior peli rebasaba los límites de lo soportable, aquí se queda en una elegante ambigüedad entre lo inverosímil y lo real.

Anónimo dijo...

Para mi este tio es un crack, tiene ritmo e imaginación, hay que seguirle la pista a ver que mas se le ocurre, y no me parece que este muy grillao

ZAGUERO