24 abril, 2008

El efecto Paint.

Cuando la gente aburrida habla de lo perniciosos que son los juegos de ordenador, casi nunca menciona el efecto Tetris. Este curioso fenómeno es una consecuencia de prolongadas exposiciones al famoso juego ruso. Al parecer, si dedicas el suficiente tiempo a colocar las dichosas piezas, al final tu cerebro se vuelve un poco loco y empieza a distorsionar la realidad. O lo que es lo mismo: empiezas a ver el mundo a tu alrededor como si todo fuesen formas geométricas sometidas a la ley de la gravedad. Yo nunca he padecido el efecto Tetris, pero sí el efecto Paint. El Paint, por si alguien no lo sabe, es el programa de diseño grafico más antiguo y rudimentario que existe. El tataratatarabuelo del Photoshop, para que nos entendamos. Cuando yo era niño me regalaron un Amstrad CPC6128 y me pasaba las horas muertas con este programa, haciendo dibujos de líneas rectas y colores planos que me parecían obras maestras. Llegué a obsesionarme tanto con el tema que iba por la vida manejando el paint en mi cabeza, simplificando y aplanando las cosas que veía hasta convertirlas en angulosas formas bidimensionales. De aquellos tormentos mentales guardo un maravilloso recuerdo, y por eso he decidido colgar estos vídeos aquí. Los hace un tipo que se llama Emil Ernerfeldt con un programa que se ha inventado él mismo. ¿Qué pasaría si el Paint se sometiese a la misma ley de la gravedad que afecta al Tetris? He aquí un par de hipótesis (con una música regular).

5 comentarios:

Alis dijo...

Juego precioso y sencillo. Pero me parece tan complicado pensar en construir todo un programa informático para jugar, que casi que me quedo con el lego y el mecano...

NáN dijo...

Es muy interesante lo que cuentas sobre el efecto de la imagen en el pensamiento. No se estudia lo bastante. Cuando una exposición me llega, transforma mi modo de mirar y eso queda para siempre. Es como si fuera coleccionando visores o modos de mirar diferentes, lo que amplía mucho nuestra capacidad. Es una "habilidad", no un saber.

Rfa. dijo...

En realidad, Alis, no se trata tanto de un juego como de un simulador informático para ensayar con la física. Supongo que detrás de una apariencia tan atractiva hay un montón de utilidades casi científicas.
NàN, tienes razón. Tal y como yo veo las cosas, la condición básica para que alguien se considere a sí mismo "artista" es que sea capaz de "mirar" o "contar" el mundo con una voz o una mirada coherentes. Y, por tanto, la culminación lógica de todo el proceso artístico debería ser que el espectador asumiese esa misma forma de ver.
En cualquier caso, no me gustaría que nos olvidásemos de la parte idiota y divertida de todo este asunto. ¡No subestimemos el efecto tetris! ¡Puede ser una gran fuente de inspiración!

NáN dijo...

Ja, já, Rfa., imaginaba que la "elevación" al "arte" no te gustaría del todo. Estupenda la fuente de inspiración. Pero en cualquier caso, el efecto es el mismo: mirando ganamos "habilidades" sobre una forma de mirar. Supongo que lo mismo les pasará a los espectadores de los culebrones y de los programas del corazón. Yo solo me enganché a un juego en el que se devolvían pelotas de tenis para derribar muros, Arkanoid. Imagino, porque decir que lo recuerdo sería falso, que después de largas partidas iría por la calle saliendo de mis ojos bolas blancas que destruían el entorno.

chicoutimi dijo...

Yo apenas tengo recuerdos asociados a esos primeros programas de diseño (sólo recuerdo alguna creación tuya), pero...cuántas horas ante una máquina de Tetris! He reconocido perfectamente los síntomas a los que se refiere ese efecto.
Y me ha encantado el vídeo del tetris humano (gran acompañamiento musical y efectos sonoros ;-))!