07 enero, 2008

Deseo, peligro y la duración de las películas.

Una amiga mía dice que Deseo, peligro es una versión china de El club de los Cinco. Según ella, la profundidad de la trama no va mucho más allá de las novelas de Enyd Blyton. Y yo, en parte, estoy un poco de acuerdo: el bueno de Ang Lee siempre se las apaña para colarnos historias bastante simplonas como si tuviesen una enjundia sin precedentes. El ejemplo más claro está en la sobrevaloradísima Brokeback mountain, pero con Deseo, peligro ha vuelto a hacerlo. Lo curioso del asunto es que Ang Lee utiliza cada vez un truco diferente para parecer un director serio. Brokeback mountain, por ejemplo, nunca habría pasado de mero telefilm romanticón si no hubiera sido porque los protagonistas eran dos pastorcillos traviesos que ruborizaban a los espectadores con sus juegos de pradera. Y Deseo, peligro, no habría pasado de excelente thriller erótico si no hubiera sido porque dura casi tres horas. Y claro, como todo el mundo sabe, la trascendencia de una película es directamente proporcional a su metraje. A mí Deseo, peligro me gustó bastante, pero creo que no hace falta estirar las cosas para que parezcan más profundas. Siempre he admirado más a los directores que saben condensar que a los que se dejan llevar por sus diarreas creativas. Y aunque Deseo, peligro es ya una estupenda película, sería mucho mejor si durase una hora menos. Si alguien quiere saber lo que opino sobre las escenas guarras, que lea Sindrogámico.

2 comentarios:

Alis dijo...

A mí la peli no se me hizo especialmente larga, aunque estoy de acuerdo contigo en que no es tan trascendente como se la presenta.
Deseo, peligro sirve también para desmontar todos los estereotipos que rondan en torno al cine asiático: no tiene ni la estética contemplativa, ni el ritmo, ni nada de lo que se supone que caracteriza a ese cine. Yo salí de la peli más bien con la sensación de haber visto algo parecido a Casablanca, sólo que con kimonos en lugar de gabardinas y mucho más sexo.

yusef dijo...

Hace unos días me reí mucho con un amigo que me contaba que tiene problemas con el cine asiático: se pierde los matices de los actores, no sabe interpretar los gestos, los juegos de las miradas (¿se habrán enamorado?, ¿se odian?)... Al parecer, su chica, que es muy espabilada para lo oriental, le va dando las pistas. A mí, a falta de intérprete, demasiadas veces me pasa como a él, así que nunca estoy muy seguro de haber entendido lo que veo. Me fallan los códigos y me falta el contexto. No sé si eso son los estereotipos que menciona Alis. No he visto "Deseo, peligro", pero sé que si disfruté de "Tigre y dragón" es precisamente, creo, porque era la excepción que confirma la regla: me parece una peli oriental para occidentales.