En Sindrogámico he contado que Wes Anderson me gusta, pero que casi nunca me satisface del todo. Cuando fui a ver Viaje a Darjeeling, por ejemplo, tuve la sensación de que a la historia le faltaba consistencia, que le sobraba una pizca de onanismo y que se echaban de menos unas cuantas semanas más de escritura de guión. Eso sí, me encantó cómo estaba filmada. Wes Anderson tiene una especial habilidad para construir espacios con la cámara, y eso es tan infrecuente que hay que celebrarlo. A mi entender, casi todos los directores utilizan el encuadre y los travellings para enfatizar movimientos o sensaciones, y al final su planificación pierde fuerza, se vuelve invisible. En el cine de Anderson no ocurre eso, sino que los movimientos de cámara localizan a los personajes en un espacio concreto, perfectamente delimitado y (lo más importante) dramático. No es casualidad que Life Aquatic transcurra en un submarino y que Viaje a Darjeeling lo haga en un tren. Con sus característicos travellings paralelos y sus panorámicas en ángulo de noventa grados, este hombre logra que el espectador se meta físicamente dentro de la película. Podría seguir explicándolo, pero creo que el mejor modo de ilustrar lo que trato de decir es ver un ejemplo. Y por eso he colgado aquí el famoso corto Hotel Chevalier, que todo el mundo busca en Internet para verle el culo a la Reina Amidala. Le faltan 2 minutos al principio, pero no son importantes. Para echarle un ojo, sólo hay que pinchar en “leer más” (¡y rezar por que funcione, que a mí a veces me falla!).
15 enero, 2008
Viaje a Darjeeling.
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2 comentarios:
Totalmente de acuerdo. En toda la peli no alcancé a dilucidar la forma real de ese compartimento de tren, una pasada.
También me gusta la forma que tiene de construir personajes, como auténticos personajes y no como personas reales: para caracterizar a un actor de friki simplemente le da los "complementos" que normalmente se le atribuyen a ese tipo de figuras: autismo, inestabilidad emocional, aspecto y ropa rara... Y voilà! Un personaje perfecto en su personajización, no hace falta más historia personal ni introspección psicológica.
Una cosa que no me gustó de la peli es el componente de burla que se nota en el retrato de lo hindú.
La única película de Wes Anderson que no has comentado es una de mis favoritas: The Royal Tenembaums (o Los Tenembaums, como fue traducida en español) y también se desarrolla en un espacio cerrado.
En esta ocasión en la enorme casa de la familia Tenembaum. A mí tambien me gusta como describe a los personajes, como se centra en ellos para que nos cuenten la historia.
Al cabo del tiempo no te acuerdas muy bien de que iba la peli, pero recuerdas perfectamente al hermano con tendencias suicidas, a los niños frikis que visten como su padre...
Aunque sé que no me va a encantar, me apetece ver esta peli. Por cierto, reconozco avergonzada que ya había visto el corto, y sólo por verle el culo a Natalie. Es lo que tiene la curiosidad...
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