07 junio, 2011

On the Air (XIII). Manel o la desilusión de lo pedestre.

Los mecanismos de la felicidad conyugal son como los cepillos de dientes: cada uno tiene el suyo. Hay parejas que son felices comiendo espaguetis del mismo plato, como la Dama y el Vagabundo, y otras que lo son compartiendo báscula, como Mario Vaquerizo y Alaska. En mi caso, a mí lo que me gusta es que Alis me traduzca las canciones de Manel. Cuando vamos en el coche y fuera está oscuro, ella me va contando lo que dicen las letras y yo me lo imagino como si fuese ciego. Nuestra favorita es Aniversari. Poco a poco, de viaje en viaje, Alis me ha ido explicando que se trata de una historia de amor, que hay un cumpleaños, que la chica se pone a pedir un deseo y que entonces el chico aprovecha para hacerse pequeño y meterse en su mente. Yo siempre me he imaginado algo parecido a Matrix o a ese cuento de Borges en que un condenado a muerte congela a su pelotón de fusilamiento. Sí: yo siempre me he imaginado una fiesta de cumpleaños quietísima donde el protagonista vuela como una mosca hacia su enamorada. Pero ayer vi el vídeo y me llevé un chasco. Aunque es un cortito delicioso (dirigido en parte por Roger Padilla, guitarrista del grupo y autor de las ilustraciones del libreto), tiene un defecto imperdonable: es demasiado literal. Se limita a ilustrar caligráficamente lo que cuenta la canción, como los Power Points de las reuniones de empresa. Y claro, con tanta literalidad se ha cargado de un plumazo todo lo que yo me había imaginado. ¿Mi mayor desilusión? ¡Ahora resulta que en realidad el tipo no vuela! ¡Va andando por el suelo! ¡Qué pedestre!

1 comentario:

mikto kuai dijo...

Jajaja, el vídeo me ha gustado, pero muchísimo más tu texto :D