Los egipcios, esos señores que inspiraban canciones de las Bangles, fueron uno de los primeros pueblos en darse cuenta de que con el tiempo es fácil acabar no siendo nadie. Y para solucionarlo se inventaron la ceremonia del jubileo. Básicamente, la idea del jubileo egipcio era convencer a los súbditos de que los años no habían hecho mella en el carácter providencial y mesiánico del faraón, que seguía siendo el mismo visionario de sus años mozos. Una viagra para el prestigio, vamos. De entre todos los trucos de maquillaje que formaban parte de esta operación, el más simbólico era el enterramiento de la estatua envejecida del faraón, con lo que negaban la decrepitud y disimulaban el ocaso del talento que una vez despertó la admiración del respetable. Forever young, como en la canción de Alphaville. Pienso en todo esto cuando mis amigos musiqueros me mandan el programa del Primavera Sound 2011 y veo que uno de los principales reclamos de la juerga es ver a viejas glorias reinterpretando los discos de hace veinte años. Hoy son Mercury Rev tocando Deserter's Songs, o John Cale tocando Paris 1919, pero el año pasado fueron Low con The great destroyer o los Charlatans con Some friendly. Y la cosa sigue fuera del festival. En los últimos años hemos visto cómo The Cure llevaban al directo el repertorio exacto de su Disintegration de 1989 y cómo Lou Reed hacía lo mismo con su Berlin de 1973. Habrá quien quiera ver en esto una reivindicación del concepto "album" frente a la dictadura del mp3, pero yo no puedo dejar de pensar que todo es un jubileo para que no se noten las arrugas mentales. Porque cuando Lou Reed apareció en Glastonbury este verano para cantar con Gorillaz, la mayoría de los muchachotes que allí estaban pensó que se trataba de Fabio Capello.
16 noviembre, 2010
No somos nadie (XIX). Los egipcios y el Primavera Sound.
Publicado por Rfa. a las 11:15
Etiquetas: Música, No somos nadie
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1 comentario:
Que más quisiera Lou Reed parecerse a Fabio. Reed no sabría llevar un traje con tanto estilo. Años de chorradas new age y gimnasio acabaron con todo lo que en él era interesante hace años.
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