08 abril, 2011

On the air (II). Mad Men y la enjundia de una larga caída libre.

"Un tipo sin rostro se despierta y toma el desayuno con su familia perfecta. Se pone el abrigo, los guantes, y se va al trabajo. Monta en un ascensor, sube a su oficina, abre la ventana y se tira". Ésta era la idea original que Matt Weiner, guionista y productor ejecutivo de Los Soprano, tenía en mente cuando encargó los créditos de Mad Men. Un planteamiento con el que cualquier hijo de vecino se podría identificar porque, quien más o quien menos, todos ocultamos un drama detrás de nuestra aparente normalidad. Y encima, con sorpresa final. Matt Weiner se presentó con esos mimbres en la agencia que diseñaba los créditos para las películas de Spielberg y les encargó que creasen la cabecera de su nueva serie. Pero los señores de la agencia, que eran todavía más sabios que él, se saltaron el guión impuesto y cambiaron el desenlace. En lugar de ser un tipo vulgar y corriente que acaba tirándose por una ventana, que fuera al revés: un tipo que se acaba de tirar por una ventana y, al final, resulta ser vulgar y corriente. El vuelo en picado de Don Draper es mucho más enjundioso que su día a día en el curro, por mucho que tenga la profesión más molona del mundo. Al contrario de lo que argumentan en El Odio, lo importante en este caso es la caída. El aterrizaje da igual; por mí, como si tarda cinco temporadas más en llegar.

Imaginary Forces - Mad Men from Imaginary Forces on Vimeo.

1 comentario:

Alis dijo...

Me ha recorrido el espinazo un escalofrío al escuchar la música de la cabecera! :-)