05 junio, 2008

Payasos (III). Pierrot.

Pierrot es uno de mis cuadros favoritos de todos los tiempos. Me gusta, en primer lugar, porque me cae bien el personaje. Me da un poquito de pena, el pobre, con esa cara de perdedor. En Wikipedia pone que Pierrot era el payaso bobalicón de la Comedia del arte, un tipo de teatro popular cuya gracia era que todo el mundo sabía lo que iba a pasar. El cuadro también me gusta porque siento una debilidad absoluta por Watteau, el más sensible de los pintores galantes. En una época, el siglo XVIII, donde lo que se llevaba era pintar juergas y escenas de ligoteo, Watteau casi siempre conseguía que sus cuadros dejasen un ligero regusto a melancolía. Dicen que el pintor estaba triste porque sabía que, antes o después, se iba a morir de tuberculosis. Si es así o no, nunca lo podremos averiguar. Lo que sí sabemos es que el cuadro tardó más de cien años en hacerse famoso, y que durante gran parte de ese tiempo no se comió un colín. Al parecer, alguien escribió en la parte de detrás: "¡qué contento estaría Pierrot, si tuviera el arte de complaceros!". Pero nadie daba un duro por él.

2 comentarios:

Alis dijo...

Maravilloso. Aunque debo decir que el colorido de esta reproducción no le hace justicia...
A mí también me gusta mucho Boucher, que, como dices, siempre pinta escenas picaronas. Me hace gracia que sea tan guarrete y no lo oculte tras temas exóticos como el de los baños turcos o las odaliscas, como harán los románticos, sino que retrate a damitas francesas de su propia época (¿sus vecinas? ¿sus primas?) como dios las trajo al mundo.

Anónimo dijo...

Como payaso es un fracaso :)