Este verano coincidí en una terraza con mi profesor de Física y Química del instituto. "Buenos días", le dije. Y él, con una educación exquisita, me contestó: "buenos días, ¿te conozco?". Han pasado más de tres lustros y yo nunca fui un alumno brillante, así que no se lo tuve en cuenta. "Sí", le contesté, "usted me dio clase en el Instituto Miguel Espinosa". El profesor tampoco me recordó con estos datos, pero ya daba igual: durante algunos minutos mantuvimos una agradable charla sobre el paso del tiempo, la jubilación y los recuerdos del cole que uno conserva toda la vida. Si cuento esto es porque justo ayer vi Ser y tener, un documental sobre profesores, y me acordé de aquel desayuno compartido en una terraza de verano. De los dos vídeos que he encontrado en youtube, mi favorito es el segundo. El curso acaba, los alumnos desfilan para decir adiós y el maestro se queda solo en el aula, completamente desamparado. ¿Qué será de él? ¿Qué hará cuando ya no tenga alumnos a los que enseñar? La respuesta me la dio mi antiguo profesor de física y química este verano mientras se tomaba un café. "Mira, tengo un blog", me dijo.
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4 comentarios:
Yo regalé "Ser y Tener" a mi padre, que es maestro rural y además también es bloguero, y le encantó. Precisamente, me comentaba allá por Junio, que estaba muy feliz porque este curso iba a seguir siendo tutor de su misma clase, que pasa de quinto a sexto de primaria, ya veremos qué sucede el año que viene...
Me ha enternecido el blog de tu profe, Rfa., curiso que ahora le puedas seguir, tantos años después...
Ayer, mientras escribías ésta entrada en la sala de ordenadores de la facultad yo iba imprimiendo no se qué cosas sobre Arte Indio.
Me llamo la atención de lejos la pantalla de tu ordenador, pues distinguí, como quien encuentra algo conocido en el desierto, el azul y naranja de logotipo de Blogger.
Me intrigó al instante qué estarias escribiendo y más aun cuando descubrí que te había visto antes en una clase horrible ¿Hispanoamericano? ahora no lo recuerdo...
Me sonaba tu cara, me hizo gracia tu manera de vestir, me gustó que fueras sonriendo por los pasillos y además te descubrí escribiendo algo que prometía ser interesante, o eso me pareció en aquel momento :)
Así que me acerqué, como los buenos espías, por detrás. Distancia suficiente para no quedar como una imbécil, dicho sea de paso. Apreté los ojos, para que únicamente se centraran en la pantalla de tu ordenador...y así, antes de marcharme con los folios recién imprimidos, logré ver el título de tu entrada.
Hoy, confiada con encontrarte en el universo blogogaláctico, puse el nombre de ésta entrada en google y...et voilà!!
prometo visitarte con frecuencia, si no te importa.
Un abrazo,
tu desquiciada compañera de Hispanoamericano.
:)
Ay los profes, qué recuerdos. Rara vez me encuentro a alguno de mis antiguos profesores y más rara es la ocasión en la que decido saludarlos. Una vez me salté el guión, me dirigí a mi antigua profesora de matemáticas de BUP (la cual, tras verla comprobar minuciosamente el cambio de la compra para protestar después, no había cambiado nada en su mal carácter), la saludé, me presenté y obtuve un sonoro y brusco No ante mi pregunta de si se acordaba de mí. Yo que pensé que el hecho de que me expulsara de clase en numerosas ocasiones sería motivo suficiente para el recuerdo.
No conocía este documental, pero me quedo con la copla. Ay los profes.
Yo flipé tanto en el cine con esta peli que hasta compré el dvd, recuerdo que se vio luego algo ensombrecida por una polémica con el profesor, creo que este denunció al director porque quería parte del pastel económico de la película a raíz del éxito que tuvo en Francia.
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