La quinta entrega de este documental es la más corta y la más contradictoria, porque tarda sólo dos minutos en demostrar que se pueden hacer grabados sin grabar. O casi. Lola Díaz nos invitó a su estudio para enseñarnos la forma de enriquecer una obra gráfica con elementos añadidos, como el polvo de mármol o mi favorito, el carborundum. Detrás de esta palabreja con pinta de ser un taco dicho en latín hay un derivado del carbón, más duro que el diamante, que artistas como Tapies usan para dar textura a sus obras. Es posible que Grabando Estampas hubiese podido sobrevivir sin este pequeño fragmento, pero aun así creo que hay, al menos, tres motivos para verlo: que se escuche una canción de Blondie, que se vea a un artista en plena faena y que, al final, aparezca la reacción del público de la feria. Desde el principio tuvimos claro que cada vez que en el documental presentásemos a un artista terminaríamos con un plano donde apariese la reacción del público. Casi no se percibe, pero es una muestra de coherencia estética que funciona como valor añadido.
22 octubre, 2008
Grabando Estampas (VI). Grabar sin grabar.
Publicado por Rfa. a las 10:48
Etiquetas: Arte, Grabando estampas, vídeo
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