Cualquier persona que haya hablado conmigo más de 37 minutos sabe que siento una gran debilidad hacia todo lo que sea meta-algo. Y por eso me pirra esta campaña del Reina Sofía, porque es un anuncio que anuncia otros anuncios. ¡Metapublicidad! La IAA ha importado de Estados Unidos la sana costumbre de empezar el otoño con un concurso de anuncios en el Reina Sofía. Y como estas cosas dan una imagen desenfadada y abierta de la institución, las marquesinas de la ciudad están llenas de carteles para que todo el mundo se entere. La campaña es simple, simpática y surrealista, las tres eses que siempre funcionan. Pero ya he dicho que a mí lo que me gusta es que sea meta. Gracias a anuncios como éste, adolescentes hiperhormonados y caballeros sexagenarios sostienen encarnizadas discusiones sobre la connivencia entre arte y publicidad mientras esperan el autobús. El viejo urinario de Duchamp ya no escandaliza a nadie, pero... ¿qué pasa si colgamos un anuncio de Pato WC al lado del Guernica?
NOTA: La campaña es de la agencia Sra. Rushmore. Para ver más cosas sólo hay que pinchar en "leer más".
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1 comentario:
A mí, la "s" que más me gusta de ellos es la que corresponde a surrealismo. Te quedas mirando los carteles, sin acabar de entender la relación que hay entre la barca en el salón o el caballo en la azotea y la publicidad, pero fascinada/o por la imagen imposible.
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