Cuando viajo, hago fotos de ancianos porque creo que dicen mucho de cómo es una sociedad. Una viejecita española, digamos de setenta años, pasó su adolescencia rezando novenas al amparo húmedo de cualquier iglesia del franquismo. Una viejecita de Estados Unidos la pasó bailando Rock & roll y cardándose el pelo para ir al instituto. Hay un abismo, pero cuesta hacerse a la idea. Aquí asociamos la vejez con los villorrios centenarios y el luto atávico; allí todos los pueblos tienen un enorme centro comercial donde venden tarjetas de memoria para cámaras de fotos. Los ancianos de Nuevo México no llevan bastón ni zapatillas de fieltro, llevan muletas de aluminio y deportivas. Y si son muy, muy viejos, entonces arrastran una sofisticada bombona de oxígeno. Su entorno cotidiano y sus referencias culturales no están tan lejos, en el fondo, de las de un adolescente. O por lo menos están más cerca que en España. Esta señora simpatiquísima me sedujo por su cardado años cincuenta y su sonrisa estirada. Tuve que parar el coche en mitad del aparcamiento y pedirle por favor que me dejase hacerle una foto para mi colección. Y ella, encantada de seguir siendo tan joven, posó así de estupenda.
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19 noviembre, 2008
USA. Señora en el supermercado. (21)
Publicado por Rfa. a las 8:00
Etiquetas: fotografía, USA
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3 comentarios:
Lo mejor es verla tan arregladita posando frente a la inmensidad de ese aparcamiento lleno de 4X4, otra estampa tan típicamente estadounidense.
Tienes mucha razón, Rfa.
Aquí no es raro ver gente mayor en los bares, sobre todo en el Cavern Quarter, y cuando vamos al club del mismo nombre y les veo cantando y bailando las canciones de los Beatles y otros grupos de la época, siempre pienso "es que ellos sí lo vivieron!" y no dejo de alucinar, por comparación con nuestros mayores. Qué mala suerte tuvieron en su mayoría, los pobres!
Buenísima esta teenager mayor, una "teenoldie". Estaría encantada de hacerse la foto. Una crack.
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