La primera película que toca comentar para el
Proyecto Sesiones Dobles es
In the mood for love, de Wong Kar-Wai. Y, ya que me pongo, hay dos cosas que a mí me apetece comentar: los vestidos de Maggie Cheung y los movimientos de cámara. Los vestidos me gustan porque son muy elegantes y porque a Maggie le quedan perfectos. Los movimientos también son elegantes, pero me gustan por otra cosa: porque frenan la historia. Wong Kar-Wai sólo mueve su cámara para detener la narración, para congelar un instante. Y esa inesperada paradoja me pirra. ¡Basta ya de confundir
travellings con ritmo y agilidad, caramba! Con
In the mood for love aprendí que un movimiento puede ser una pausa. De repente dos personajes se rozan, saltan chispas y el universo entero se concentra en ese lugar, en ese instante, en esa sensación. ¿Cómo reflejarlo? A Wong Kar-Wai le basta con mover la cámara. Bueno, en realidad le basta con mover la cámara, ralentizar la imagen y poner un tango. Pero el caso es que la mueve. Y con ello consigue que no nos perdamos un detalle, que nos detengamos con él a sentir el vacío de una cena solitaria. A desear al vecino de al lado. O a escuchar el roce del vestido, tan elegante, con la pared.
Para seguir el rastro del Proyecto Sesiones Dobles hay que pinchar en leer más.
Los demás blogs implicados en esta historia son: Books&Films, ¿Y si esta vez te quedaras?, Cineahora, Cinematic World, El día del cazador, El séptimo arte, El diario de Mr. Macguffin, Marco Velez, Himnem, Fabrica de ilusiones, Padded Room: Chronics floor, El lamento de Portnoy, La mujer justa, Bogotá 35MM, Ojo de buey, Viaje a Itaca, Sesión Doble, Ekilore, Rulemanes para Telémaco, La Linterna Mágica y The Observer.
7 comentarios:
Sí. A veces congelar un instante puede tener muchísimo más movimiento y cosas que contar que no marearnos con planos breves y movimientos de cámara.
El ritmo no siempre es externo.
Saludos !
Sin duda un simple roce concentra mucho más intensidad que cualquier otro aspavimiento, y el director lo refleja perfectamente relentizado la acción.
Saludos!
Me gusta lo que dices de frenar la historia con los movimientos. Expresas muy bien algo que sabía que etaba ahí pero no era capaz de definir.
Todo nos envuelve en un estado de sensualidad perfecto.
Saludos
Pintor que pintas con... la cámara. Mira que es difícil decir tanto en tan poco -científicamente hablando-. Y va el hombre y lo consigue.
Saludos.
Brillante Rfa.
Hubiéramos querido participar en Sindrogámico, pero... Así que aprovecho la ocasión que brinda Mitte para dar dos pinceladas: uno, y al hilo de lo que dice Rfa., es el movimiento, como ella baila los vestidos y como sube las escaleras; y dos, los boleros de Nat King Cole. Todo encaja.
Has dado en el clavo, el movimiento detiene el ritmo. A mi tb me fascina esa paradoja que Kar-Wai hace realidad.
Saludos!
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