Hay quien sólo sabe hacer buenos retratos. O buenos reportajes de moda. O incluso buenas fotos de calle. Y luego está Cèsar Malet, que puede hacer las tres cosas. En Barcelona tuve la oportunidad de ver una exposición con su obra y me quedé asombrado con su versatilidad: Malet es capaz de cambiar de estilo en función de qué tipo de foto esté haciendo. Y encima, siempre lo hace bien.
Sus retratos, por ejemplo, se decantan hacia una intimidad cómplice. Hace cuarenta años, él era un moderno de Barcelona que sacaba fotos a sus amigos modernos. ¿Y quiénes eran estos amigos? Pues, por ejemplo, Terenci Moix o Gabriel García Márquez. Todos posando, con sus melenas y sus actitudes divinas, para la cámara de su colega.
Luego están también las fotos de moda. En ellas, Malet apuesta por un esteticismo exacerbado. Sus modelos y sus encuadres son tan sofisticados que rozan la estilización absoluta, casi abstracta. Uno no sabe si está viendo vestidos o flores, pero sea lo que sea, es bonito. Y muy elegante.
Yo, sin embargo, me quedo con las fotos de calle. Malet supo encontrar en Barcelona el humor y el divertido absurdo de las situaciones cotidianas. Como un Doisneau a la catalana. Para mí, ésta es la verdadera fotografía: la que captura instantes irrepetibles y los conserva con toda su frescura para siempre.
Quien quiera ver más, que visite la exposición en el Palau Robert.
10 abril, 2007
Imágenes de Barcelona (IV). Cèsar Malet.
Publicado por Rfa. a las 14:55
Etiquetas: fotografía
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1 comentario:
Preciosas fotos, que sin embargo son dificilísimas de encontrar en la red. Por cierto, me he partido de risa con la caracterización que hace de él su amigo Juan Marsé en la página del Palau Robert: "cada día más parecido a los Hermanos Marx (los tres juntos)."
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