Mi querido amigo n. escribía el otro día en Sindrogámico sobre la Ley de Godwin. Según esta ley, en cualquier discusión política siempre hay alguien que acaba mencionando el Holocausto y pone fin a la diversión. Pues bien, partiendo de esa base, a mí se me ha ocurrido formular la Ley de Casablanca. ¿Y en qué consiste esta ley? Fácil. En toda descripción de lugares históricos siempre hay alguien que hace la siguiente observación: “parece que el tiempo se ha detenido”. He buscado la frase de marras en Google y me han salido más de diez mil entradas. Es, sin duda, uno de los tópicos más recurridos. Y, en consecuencia, un comentario que no aporta nada nuevo.
El asunto se pone especialmente jugoso cuando se trata de fotografías. ¿Se puede aplicar la Ley de Casablanca a las fotografías de lugares históricos? Sorprendentemente, no. Una foto, por definición, detiene el tiempo. Por tanto, decir que un fotógrafo ha detenido el tiempo es tan redundante que ni siquiera los observadores menos imaginativos se atreven a caer en una tautología semejante.
Si cuento todo esto es porque en Barcelona encontré una excepción a este fenómeno. En el Palacio de la Virreina han montado una exposición sobre los escenarios de la Stasi, la policía política de la antigua RDA. Son fotografías de cárceles vacías, despachos recién abandonados, torres de vigilancia y salas de escucha como las que salen en La vida de los otros. Y yo, por más que me esfuerce, sólo puedo recurrir a la Ley de Casablanca para describirlas. En ellas parece que el tiempo se ha detenido. Lo maravilloso, sin embargo, es que en esta ocasión no se trata de un lugar común ni de una tautología, sino de la verdad. Daniel & Geo Fuchs han conseguido que el tópico se cargue de sentido otra vez . Y sólo por eso merece la pena ir a ver sus fotos.
1 comentario:
A mi me encantó la exposición, el lugar donde se exponía, mi visita a Barcelona, ciudad de la que siempre salgo con muy buenas sensaciones, me gusta mucho este post por sus reflexiones, y pienso que todavía me hubieran gustado más las fotos si hubiera visto esa excelente película (La vida de los otros) dos días antes y no dos días después de mi visita al Palacio de la Virreina.
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