Hace un par de noches discutía con mis amigos sobre la inspiración. Ellos decían que para inspirarse hay que estar en un determinado estado de ánimo. Y yo, por el contrario, opinaba que la creatividad depende del trabajo y del esfuerzo. La discusión se quedó en tablas, como era de esperar, pero yo sigo en mis trece. No se trata sólo de que rechace el tópico del creador marcado por sus circunstancias. Desconfío también de aquellos que identifican a los artistas con espíritus completamente libres. Creo que se pueden hacer cosas muy interesantes si sometemos nuestra creatividad a unas reglas estrictas, que nos marquen el camino a seguir. Y la prueba de ello está en la nueva exposición que hay en el Museo del Traje: una exposición de fotos de zapatos. O lo que es lo mismo, un montón de artistas a los que dieron una única orden: “tome usted un zapato y hágale la mejor foto que pueda”. Así de drástico. ¿Y qué salió? Pues otro puñado de ideas tan refrescantes como sorprendentes. Y distintas entre sí, además. No sé lo que estos fotógrafos harán cuando traten de expresar sus más íntima subjetividad, pero una cosa está clara: cuando les han puesto un pie encima (perdón, un zapato), han sacado fotos bien chulas.
Punto para mí, por tanto. Ya no hay tablas.
12 abril, 2007
La inspiración y los zapatos.
Publicado por Rfa. a las 23:17
Etiquetas: fotografía
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
6 comentarios:
Pues yo ni para un lado ni para el otro, para mi la inspiración viene del trabajo, del esfuerzo y del estado de ánimo.
MMMMM... Yo creo que la inspiración puede venir de cualquiera de las dos opciones... RAZÓN-PASIÓN? No sabría elegir; ambos dan resultados interesantes.
A mí eso de la "inspiración" me resulta sospechoso.
Inspiración, de inspirar... ¿La inspiración consiste, entonces, en inspirar algo? Eso implica que la creatividad no viene de uno mismo, sino de algo externo, superior, cuya idea inspiramos y luego exteriorizamos. ¿Se trata de una musa, como creían en la Antigüedad? Preo entonces, será ella la que debe llevarse el mérito de la obra, ¿no?
No sé vosotros, pero yo prefiero desterrar todo componente sobrenatural de la creación artística.
Me quedo con la amplia gama de grises entre una postura y otra.
Hay veces que la inspiración viene a través de la vía del trabajo y otras te sorprende sin buscarla.
La genialidad... ¿qué es la genialidad? Por supuesto no es algo medible o físico, pero tampoco es una diosa. Genios: hablamos de seres de carne y hueso que son capaces de interpretar los estímulos que le vienen de fuera (y que procesan dentro( de una manera que nos resulta... ¿qué nos resulta?
¿Artistas? No son nadie, o lo que es lo mismo, todos somos artistas en cuanto tenemos algo de suerte.
¿en cuanto tenemos algo de suerte? ¡Yo más bien diría en cuanto tenemos algo que HACER!
Publicar un comentario