31 marzo, 2011

Anuncios que dan mal rollo (I). Museo Cerralbo.

Esta semana he terminado de leer una novela cortarrollos: Glue, de Irvin Welsh. Sí, el de Trainspotting. Glue es la historia de cuatro escoceses que se hacen colegas cuando van a primaria y se pasan toda la vida viendo cómo los años hacen trizas su amistad. El libro tiene 500 páginas y pico, pero hacían falta muchas menos para ir al grano y decir lo que en el fondo quiere decir: que el paso del tiempo te machaca sin piedad. De hecho, basta con un anuncio como éste del Museo Cerralbo. Ojito con el eslogan, que no podía ser más agorero: "Sabemos cómo terminó la partida. La ganó el tiempo". Qué mal rollo, ¿no? ¿Había necesidad de ser tan crudos, señores cerralbos? Para mí la vejez es hablar de David el Gnomo a gente que nunca vio la serie o comprarme cremas hidratantes de Delyplus; algo con lo que convivo pero que no me hace especialmente desgraciado. Pero ustedes, señores cerralbos, se empeñan en hacer sangre. Son como los camareros que encienden las luces de las discotecas o como los amiguetes que te dicen que tienes un grano: unos aguafiestas. "Los dados están trucados en tu contra", me dicen, "deja de esforzarte porque te van a salir malvas igual". Sinceramente, después de ver este anuncio no sé si merece más la pena visitar el museo de ustedes o dejar que me atropelle un autobús de dos pisos, que por lo menos es una opción pop. ¡Luego no se quejen si en sus salas sólo hay fantasmas!

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