16 mayo, 2011

On the air (VI). Dudas existencialistas en torno a una cagada de Blogger.

El jueves pasado Blogger petó y automáticamente se fueron al garete todos los posts y comentarios de miles de blogs. Casualidades de la vida, precisamente ese día yo había decidido retomar mi intermitente actividad bloguera después de casi un mes de silencio. Escribí un post sobre millonarios que se redimen haciendo fotos a instantes irrepetibles, pinché en "publicar" y volví a mi rutina de desempleado, convencido de que mis palabras ya habían dado el salto a la eternidad, que se quedarían para siempre en la blogosfera. Pero, como he contado, no ocurrió así. Una vez subido a Blogger, mi post apenas se mantuvo legible unas horas. Después desapareció, como si nunca hubiese existido. Si he podido restaurarlo ha sido porque tengo el blog redireccionado al correo de Gmail y todo lo que publico se copia automáticamente allí. Durante cuatro días, mis reflexiones sobre Lartigue y la poética de los momentos irrepetibles se quedaron flotando en un limbo. Existían porque habían sido pensadas, escritas, publicadas y registradas por los mecanismos automáticos de la maquinaria Google, pero al mismo tiempo no existían porque no había rastro de ellas en la red. Ni siquiera esa misma maquinaria era capaz de rastrearlas. Me ha costado mucho decidir si me tomaba la molestia de copiar el texto y volver a publicarlo. Al final, movido por un impulso conservador y ligeramente narcisista, lo he hecho. Pero cada vez tengo más claro que, en realidad, no escribo tanto para ser leído como para disfrutar con el hecho de escribir. Si luego las palabras quedan en el aire o no, eso cada vez me importa menos.

1 comentario:

Sottoacqua dijo...

Espero que se sigan quedando en el aire porque me encanta leerte.