17 mayo, 2011

On the air (VII). Diego Manrique y el Mossad.

Hace tres días un amigo me contó, preocupado, que el Mossad había estado puteando al nuevo novio de su ex. Lejos de provocarle algún tipo de satisfacción, el hecho de que un montón de rudos agentes hebreos hubiesen profanado al tío que le había levantado a su novia era una noticia terrible para mi colega. Pienso en ello cuando leo el artículo que Diego Manrique, antigua vaca sagrada de Radio 3, publicó ayer en EL PAÍS. Aunque ya ha pasado casi un año desde que le echaron de la radio pública, parece que el pobre Diego todavía está lleno de rencor. Y lo que es peor: este rencor no va dirigido sólo hacia los chapuceros directivos de la radio pública, que probablemente se lo merecen, sino hacia los pobres periodistas que han venido a sustituirle. Cuando leo que describe a esos nuevos "diletantes" de las ondas como gente de "discurso pobre" con un "universo musical limitado", no puedo dejar de pensar que habla desde el resentimiento pueril de un novio suplantado. Sí, yo también echo de menos el Ambigú, señor Manrique, yo también creo que Radio 3 es un tesoro a proteger. Pero eso no impide que pueda disfrutar con los melocotonazos de Hoy empieza todo o con la casquería sonora de Carne Cruda, por poner dos ejemplos de programas nuevos que ahora tenemos en el aire. Como siga usted publicando filípicas de esta calaña, acabaré pensando que no le importaría tener al Mossad haciendo de las suyas con sus ex compañeros. Y ya de paso... ¡deje de mirarme como si fuese una celebrity de Joaquín Reyes!

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