La nueva obra de Tricicle se basa en dos ironías curiosísimas. La primera es que el humor, si lo piensas, consiste en una serie de fórmulas sencillas que cualquiera podría aplicar. O sea, que la gente paga una pasta por ver algo que, si se empollase el manual de instrucciones, sería capaz de hacer gratis en casa. Habrá quien piense que esto es una burla, pero yo creo que es genial. Garrick, que así se llama el montaje, es como un espectáculo de magia donde un señor te explica cómo se hacen los trucos. Y aquí, señores, me voy a permitir la chulería de usar mi prefijo favorito, “-meta”: Garrick es metahumor, humor a partir del propio humor, chistes sobre cómo contar chistes. ¿Y la segunda ironía? Je, je, ésta es la mejor. La segunda ironía es que, a pesar de que los señores de Tricicle juegan con las cartas descubiertas, sus trucos siguen funcionando. Manda huevos, ¿eh?
(Si alguien quiere buscarnos entre el público, que pinche en "leer más").
22 noviembre, 2007
Garrick.
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7 comentarios:
¡Os encontré! Jejej, qué majos salís. Y haciendo una especie de conexión con el post de José Ramón Sánchez, Tricicle es uno de mis recuerdos de niñez (junto con JR Sánchez y La Bola de Cristal, por supuesto), no recuerdo el nombre, pero hacían un programa de sketches que por aquellos tiempos, siendo yo un chavalín, me pirraba.
A mí me gustó la honestidad de hacer una declaración de intenciones al principio de la obra del tipo: "oigan, señores, que aquí sólo se viene a reír...". Y también que plantearan el humor como método terapéutico. ¡Qué relajados salimos todos del teatro!
Insisto. A la derecha, fila novena, hacia el lateral.
¿Acerté?
¡No, Walter!
Fila cuarta; lado izquierdo, por la mitad.
Que rizos más largos los de Rafa!
Hombre, puestos a especular yo preferiría ser el segundo de la primera fila, a la izquierda. Me gusta el rollo de la bufanda con la corbata. Mucho más que lo de la melena de pelo rizado, que tiene un toquecillo macarra.
Hace tiempo que no me pierdo ningún espectáculo de El Tricicle y el penúltimo, Sit, me había dejado un regusto amargo. Sin embargo, este domingo pasado fui a verlos al Gran Vía en Madrid y el espectáculo me pareció simplemente espléndido.
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