27 marzo, 2007

Fotografía en Murcia (y II). Frida Kahlo.

No me gustan los cuadros de Frida Kahlo, pero me gusta su historia. Todas esas anécdotas que se cuentan sobre el accidente o las peleas con Diego Rivera despiertan al morboso que llevo dentro. Por eso fui a ver la exposición de retratos que hay en Murcia: porque me interesa mucho más verla a ella que ver lo que pintaba. El problema es que si tienes una historia tan mediática, probablemente sea porque tú misma eres un personaje. Frida Kahlo no era sólo una pintora casi inválida y enamorada de un sapo: también era una pintora con bigote y entrecejo, ésa que siempre llevaba las faldas mexicanas y los moños raros. Un personaje, vamos. Y todo personaje, por desgracia, es una fachada. La exposición de Murcia recopila casi cien retratos de fotógrafos distintos, pero en las fotos apenas se ve a la persona. Cuando lees los detalles biográficos que jalonan la exposición no puedes creerte que pertenezcan a esa enigmática mujer de las fotos. Sólo en un par de ocasiones Frida se quita la máscara y desvela su famoso carisma. Pero, en general, tendrás que irte sin ver más que al personaje. Con bigote, cejas y una mirada distante que parece decir: “si quieres saber quién soy, mejor que mires mis cuadros”. Por algo la exposición se titula La gran ocultadora.

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